EL EXPRESO DE TOKIO
Seicho Matsumoto (1909-1992)
Aparecen asesinados los cadáveres de un
funcionario y una camarera en una playa de la isla de Kyushu. Todo parece un
suicidio, pero nada más lejos de la realidad.
Cuando uno lee esta novela, enseguida se percata de que no es una novela
al uso, es decir, no está escrita por un occidental. Esta corta novela, que es
como un puzzle milimétricamente diseñado, parece pertenecer a otra cultura. Por
supuesto, está escrita por un japonés, el prolífico Seicho Matsumoto. Enseguida
la maquinaria se pone en movimiento para resolver la trama. Un ejemplo de esto es la
importancia que tienen los horarios de tren para aclarar muchos puntos (con
esquemas, dibujos y mapas para una mejor comprensión). Los protagonistas
parecen vivir solo para encontrar el culpable y solucionar el suceso en
cuestión. Hay escaso espacio para lo sentimental. El caso es un mecanismo de
relojería en que todas las piezas se ensamblan perfectamente. Y a ese
ensamblaje es al que se dedicarán un viejo policía local Jutaro Torigai y el
subinspector de la Policía Metropolitana de Tokio, Mihara, que se hará cargo de
la investigación.
Creo que es una buena opción para leer otro tipo de novela negra. Como
dice The New York Times Book Review en la contraportada del libro: Un
maestro de la novela negra..., ¡los libros de Seicho Machumoto enseñan
estrategia japonesa!
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