APOCALYPSE NOW (1979)
Francis Ford Coppola (Detroit, 1939)
En 1979, y tras tres tumultuosos años desde el comienzo del rodaje, se
estrenó en Cannes la que sería la película icónica de la guerra de Vietnam y
obra maestra indiscutible de Francis Ford Coppola junto a la trilogía de El
Padrino (bueno aquí si hay discusión, mucha gente la tercera entrega no la
ve al mismo nivel que las dos primeras, yo tampoco).
Un complejo y tortuoso rodaje que le dio fama mundial al director pero
que estuvo plagado de contratiempos y que casi le arruinó. “Mi película no
trata sobre Vietnam. Es Vietnam”, diría el director en la rueda de prensa de la
presentación de la película.
Apocalypse Now está basada, de manera muy independiente y adaptada a
este escenario bélico en concreto, en la novela de Joseph Conrad El corazón
de las tinieblas en la que el escritor describe el tiempo que pasó en el
Congo colonizado por Bélgica. También se cuenta que otra de las inspiraciones
del director es La odisea de Homero, toma ya. Años antes, Orson Welles
había intentado la adaptación de El corazón de las tinieblas sin éxito
por falta de presupuesto.
En 2001 Coppola presentó (de nuevo en Cannes), la nueva versión
Apocalypse Now: Redux, con material inédito y cincuenta y tres minutos mas de
metraje que sería la versión definitiva de la cinta y que, según él, aportaba
un nuevo enfoque: “…, es más sexy, mas divertida, más extraña, más romántica, y
más intrigante desde el punto de vista político”.
“This is the end, my only friend, the end” (“Este es el fin, mi único
amigo, el fin”). Suena esta canción de The Doors, mientras observamos a un
devastado, descontrolado y obsesivo Willard (Martin Sheen) peleándose con sus
fantasmas en una habitación de hotel de Saigón. Está viviendo en un estado de
aislamiento, en una insoportable soledad, los estragos de la guerra, que le
hacen llorar, beber y alucinar.
El capitán Willard es arrancado de este estado de semiinconsciencia para
encomendarle una terrible misión secreta de inteligencia: tiene que encontrar y
matar al coronel Kurtz en Camboya, un militar con un expediente brillante que
parece haberse vuelto un loco, y que se ha convertido en un asesino despiadado
al mando de un ejercito irregular (es decir mata “sin cumplir órdenes”, aquí ya
observamos la doble moral en la guerra).
Willard deberá navegar río arriba en una odisea interminable, en busca
de este hombre y acompañado de una tripulación que “son unos críos roqueros con
un pie en la tumba”. Mientras en su travesía lee el expediente del hombre al
que tiene que liquidar (y que comienza a admirar), nos encontraremos con
escenarios que tan solo la guerra y sus horrorosos vericuetos puede albergar: un
ejemplo es el destacamento del Teniente Coronel Kilgore, un tarado, surrealista
y caprichoso personaje que es capaz de ordenar el bombardeo de un pueblo al son
de La cabalgata de las Valkirias de Wagner por el simple hecho de querer
hacer surf en su playa. “Me encanta el olor del napalm por la mañana”, dice
este indescriptible personaje interpretado por un, impresionante sería poco,
Robert Duvall. En esta parte de la película es donde más se pone de manifiesto
lo absurdo de la guerra.
A medida que remontan el río, la inestabilidad emocional de los
personajes se hace cada vez más patente, tan solo la coraza de Willard parece
indestructible. La película se hace cada vez más sombría. La locura cobra
protagonismo.
Llegarán al campamento donde se encuentra el coronel Kurtz, rodeado de
cadáveres y fieles acólitos, y su aura de misterio no hace más que aumentar la
sensación de zozobra. Kurtz finalmente se mostrará como un hombre atormentado
que desea la muerte.
Martin Sheen protagonizó de manera impecable un personaje complejo que
en principio no estaba destinado para él: Al Pacino, Robert Redford o Jack
Nicholson se negaron a protagonizar la cinta viendo las condiciones de rodaje.
El desconocido Sheen se haría cargo de interpretarlo en un momento complicado
de su vida, tanto es así, que sufrió un ataque al corazón durante el rodaje y
casi muere. Por su parte, Marlon Brando, que interpretó al coronel Kurtz, fue
incapaz de aprenderse sus diálogos y en su mayoría están improvisados por él
mismo. Se cuenta que hizo casi insoportable a Coppola el tiempo que duró su
intervención en la película. (Recordemos que solo sale al final, durante 20-30
minutos aproximadamente). Como anécdota: aparecen unos jovencísimos Harrison
Ford y Laurence Fishburne (este último casi irreconocible).
La película se rodó en su mayoría en la ciudad filipina de Pagsanjan.
También en este sentido la película tuvo sus contratiempos, ya que al poco de
iniciarse el rodaje comenzó la temporada de lluvias y un tifón acabó con gran
parte de los decorados.
Apocalypse Now es un gran filme que nos habla de los efectos desastrosos
de la guerra sobre todo a nivel psicológico,
algo que muchas películas ambientadas en Vietnam también intentaron retratar
después, con mayor o menor acierto.
Temas como la locura, el deterioro y degeneración del ser humano en
estas circunstancias, donde los vínculos emocionales entre las personas parecen
no tener cabida, afloran como maldiciones en la historia. Como consecuencia de
ello, la soledad en que acaban sumidos sus protagonistas y que se hace evidente
en el capitán Willard, que no quiere volver a su país porque allí nadie le
espera.
La película es un viaje hipnótico y de pesadilla, de disparate y de
demencia. Contradictorio y sin remilgos. Ahonda en las profundidades del alma y
más allá, donde pocos suelen llegar. Esa parte oscura y tenebrosa de la que
luego es muy difícil salir.
Y al final solo queda el horror, el horror…
TRAILER de la película: