—Es de madera de cedro del Líbano, huélelo. —Dani alude a un joyero
antiquísimo de su abuela que me ha regalado. Vamos paseando por el barrio de los
pescadores y tengo que volver a sacarlo de la bolsa. "A mí me huele a
ceniza vieja" he pensado. Pero no se lo he dicho, por supuesto. Ya me ha
mirado como a una alienígena cuando se ha enterado de que no me pongo joyas.
¿Por qué la gente se tiene que deshacer de cosas supuestamente sentimentales
obsequiándoselos a personajes desaprensivos como yo que acaban de conocer? ¿Realmente
cree que estamos viviendo un idilio de enamoramiento perpetuo desde que nos
conocimos borrachos en aquella verbena hace dos semanas?
—Le daré otros usos. —He tenido que tranquilizarle. "Para recoger
los excrementos del perro cuando le saco a pasear, por ejemplo" he
pensado. Tampoco esto se lo he dicho. A veces creo que no tengo sentimientos,
que me gusta recrearme en situaciones que seguramente no van a darse y que me
provocan un morbo indescriptible. Acabo de imaginarme a Dani sorprendiéndome
con la mierda del perro dentro de la cajita de madera de cedro de su abuela. No
sé a qué juego.
Seguimos andando muy despacio, muy muy despacio, Dani parece querer
darle un aire nostálgico y romántico a nuestro paseo y eso me repele, no me
gusta. Empiezo a sentir angustia con tanta parsimonia y acelero el paso. Él me
sigue sin rechistar, lo cual no hace más que molestarme más, ¿no le afectan
esos cambios bruscos en mi ánimo, en mi actitud? ¿Qué es lo que busca en mí?
Llegamos a los acantilados. Miro al cielo: nubes arremolinadas, negras, condensadas
que dejan entrever una esfera amarillenta… Una espesa niebla a nuestros pies.
—¿No te recuerda a Turner? —le comento.
—¿Cómo?
—¿Sabes quién es?
—Me suena algo, de estudiarlo en el insti…
Mentiroso… Eso no se estudia en
el insti. Si hay algo que odio es que alguien vaya de lo que no es. ¡Cojones!,
si no sabes de qué te hablo, dímelo abiertamente farsante.
—¿Vas al gimnasio? —me pregunta.
“¿A qué viene esto?”
—Iba, lo dejé porque no soportaba a tanta gente sudando a mi alrededor.
Prefiero dar un paseo en bici.
—En la verbena no parecías muy a disgusto con toda esa gente alrededor
sudando.
“Touché”
—Sí, había bebido mucho.
Lo cual quiere decir que no era muy consciente de lo que sucedía, ni de él
tampoco. Por eso estamos aquí ahora intentando salir de este entuerto en el que
nos hemos metido. Una sinrazón que dura ya quince días, ni más ni menos. Puede
resultar incluso gracioso, da la sensación que nos queremos dejar en vergüenza
mutuamente (¿delante de quién?) Y sin embargo cada tarde de cada día, desde que
nos conocemos, damos el mismo paseo hasta la playa.
Dani me ha adelantado y ahora está mirando a la nada, dándose aires. De
pronto comienza a hablar de su familia, de que si su padre es carnicero o algo
así (¡por Dios!), no me entero muy bien, ya que me está dando la espalda y el
pobre no se da cuenta de que su voz se proyecta hacia delante, y solo puedo
escuchar un eco como de ultratumba de lo que dice. Su madre se fue cuando era
muy pequeño y se las han tenido que arreglar solos con su abuela que ahora está
muy enferma (la del joyero de madera de cedro). No es que sea una insensible,
pero supuestamente estamos tratando de iniciar una relación, si está intentado
dar pena… no creo que sea la manera. No hace nada para seducirme, para parecer
atractivo. Y mi cabeza imagina algo raro: ¿y si me acercara a él, que está a
escasos centímetros de la cornisa, y le empujara levemente con una mano?, ¿qué
pensaría mientras está cayendo a la nada? ¿Se giraría un momento para mirarme
con ojos incrédulos y aterrorizados, o caería sin más, agitando brazos y
piernas como un poseso?
¡Dios!, estoy delirando, esto se ha convertido en algo inaguant…
Dani se ha dado la vuelta. Tiene los ojos vidriosos, parece que ha
querido llorar y no ha podido. Pero su cara está realmente desencajada.
—Lo siento, no quería…
—No te preocupes. —Incluso parezco sincera.
A esto le sigue un tenso silencio. Dani hace una mueca extraña como
queriendo recapacitar, rastrea al suelo y acto seguido me lanza una mirada
aturdidora. Algo ha cambiado en su cara, no sabría decir qué… Da tres pasos
lentos sin dejar de mirarme y se sitúa junto a mí, me está rozando. Y yo siento
una extraña electricidad. He comenzado a sonrojarme, ¿qué está pasando? Su dedo
acaricia me dedo meñique ligeramente. Suspira, coge aire, vuelve a suspirar. Su
cabeza se acerca a mi oído.
—Me encantaría verte desnuda —susurra.
Mmmmm, eso sí que no me lo esperaba.
Menudo cambio de registro en la cita de tus protas, Ziortza. Puede que finalmente lleguen a entenderse, después de todo, y no sé muy bien qué sentir al respecto, porque no estoy segura de que el pobre muchacho no se esté metiendo en un berengenal y de los gordos. ¿No tiene ella un "punto" rarito que puede desembocar en cualquier cosa?...
ResponderEliminarQué buena historia, nos tienes en ascuas hasta el final y, justo al final, lo que nos tienes es con los ojos como platos por la sorpresa. Me ha gustado mucho, tu prota femenina me parece de lo más interesante.
¡Un beso de domingo!
¡Hola Julia! Lo cierto es que es difícil que sentir al respecto, te entiendo, jeje. Cuando hice el relato (que me salió de corrido) pensé en una pareja que no se entiende, que está tratando iniciar una relación, pero llevado todo un poco al extremo, para al final acabar terminando con todo. Pero sí, te doy la razón ella es raruna como ella sola.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Julia.
Un besazo, guapa.
Un comentario seductor que parece cambiarlo todo y ser un punto de inflexión después de tanto paseo bucólico frente al mar, del desencanto a la excitación. Y quizás un paso de la parsimonia a la electricidad que se hizo esperar. Cuestión de tiempos, ¿no?. Un gusto leerte Ziortza, te envío un cálido abrazo.
ResponderEliminar¡Hola Miguel! Creo que cualquier idea que tengamos preestablecida de antemano puede irse a la mierda con una frase bien dicha o una mirada bien clavada. Es por eso que al final hago ese pequeño (o gran) giro, ya que sorpresas te da la vida...
EliminarGracias por leerme, Miguel.
Un besazo.
Un extraño relato lleno de detalles significativos: el como se conocieron y el no saber a que atenerse o mas bien como zafarse, la cajita de madera de la abuela enferma que le huele a cenizas, la mente inquisitiva y algo siniestra de la chica, con personalidad ambivalente, el repentino cambio de actitud de él hacia ella, como si se tratara de otra persona, en fin una amalgama de emociones descrita con dos simples personajes, toda una proeza Ziortza.
ResponderEliminarMe ha gustado percibir como mediante un dialogo aparentemente hueco de un simple relato, nos dejas ver dos personalidades tan complejas, a través de dos personajes tan inexpresivos y taciturnos.
Te felicito Ziortza. El relato da para mucho mas, puedes fantasear todo lo que quieras con estos dos personajes, son lo que se dice, la mar de desconcertantes e impredecibles.
Me encantaron esos monólogos inquietantes de la chica y ese aire de indiferencia y andar silencioso de él.
Desde luego Harolina el relato es raro. Me hace mucha ilusión la interpretación que haces del relato. Al final somos seres complejos y muchas veces tenemos personalidades ambiguas, en fin, no todo es claro como el agua. En este caso el carácter sobre todo de la protagonista, es un tanto siniestro o extravagante por decirlo más suave; pero él tampoco se queda corto con sus cambios repentinos.
EliminarCreo que al final, su mayor logro es que a pesar de esto, acaban entendiéndose. (De momento, jeje)
Muchas gracias por tu visita, Harolina, y tus cariñosas palabras.
Un fuerte abrazo.
no sabes como me gusta leerte aunque muy poco se de ti abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias Recomenzar. Me hace mucha ilusión leer estas palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Quién sabe cómo acabará esa relación tan especial. Eso si realmente empieza. Me da la sensación de que esa chica necesita experiencias fuertes. No sé si Dani estará a la altura. Yo. si fuera él, me alejaría de alguien aparentemente siniestro. Pero, ay el amor, parece que el influjo que ejerce sobre él es inevitable.
ResponderEliminarUn relato muy intrigante, casi de thriller psicológico. SE me antoja como un enfrenamiento entre la bondad más ingenua y una maldad agazapada que duda si salir a flote o mantenerla retenida en la imaginación.
Imaginación la mía intentando interpretar algo que solo su autora conoce, jeje
Un abrazo.
Realmente, como ocurre en la vida real, no sabemos que pasará Josep. Desde luego si el supiera algo acerca de los pensamientos de ella, no se si acercaría tanto, jeje. Me gusta mucho esa interpretación que haces de una especie de juego entre el bien el mal. Si quieres que te diga la verdad, cuando hago este tipo de relatos raros, ambiguos, con finales abiertos, me gusta que la gente saque sus propias conclusiones, y esta es una perfectamente posible.
EliminarGracias por tu visita, Josep.
Un fuerte abrazo.
Me ha recordado lo intempestivo (y delicioso) de una cadencia rota.
ResponderEliminarHola Juan Antonio. Preciosa frase la que le dedicas al relato, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Ay, ay, ay, traviesaaaa. Qué personaje ella, y él claro... al final. Uhm...consigues atrapar con este relato tan bien avenido hoy. No sabía muy bien por donde iba a tirar tu protagonista con ese soliloquio en compañía, jeje. Gracias. Todavía me pregunto que hará con la cajita de cedro, lo mismo la primera noche, mañana, tarde... la tira por la ventana...jajaja. Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola Eme! Jajaja. Al final él tiene que hacer algo, "tirarse a la piscina" porque ve que con esta mujer no va a ningún lado. Ay si supiera ese soliloquio que se trae ella en lo que se refiere a él. No se por qué pero la cajita de cedro a ella le causa un repelús, jeje...
EliminarUn besazo, Eme.
Con breves trazos nos delineaste una protagonista con actitudes bastantes poco amables y un tanto despectivas, mientras que él parece sumiso y algo aburrido para ella.
ResponderEliminarSin embargo, los ubicas al borde de unos acantilados y eso en el lector suscita cierta inquietud, sobre todo por la actitud de ella.
Finalmente, él parece reaccionar con un pedido que la toma desprevenida y quizás era lo que estaba esperando.
Muy bien contado, con toques irónicos, como el destino que iba a darle a ese joyero que él le había regalado.
¡Un gran abrazo, Ziortza!
Muchas gracias Mirella.
EliminarCreo que has perfilado muy bien en pocas palabras la actitud de cada uno y lo que supone para el otro. Ellos no parecen complementarse, pero al final él parece tocar un botón que ella no esperaba. Quién sabe..., igual hasta tienen futuro.
Un besazo, Mirella.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe gustado, Ziortza, este relato en primera persona, donde la disparidad de caracteres, asi como esta incipiente relación tan inusual o carente de vínculos afectivos, recrea un interesante "duelo" entre ambos protagonistas.
ResponderEliminarEse giro final marca un antes y un después de esta relación, que quien sabe si al final llevará a experimentar un amor pasional entre ambos protagonistas.
Merecería la pena que hicieras una segunda parte resolviendo el enigma. Bueno es solo una sugerencia por mi parte y tú eres quien decide.
Un abrazo.
P.D. Disculpa que haya eliminado este mismo comentario, pero lo hice a través del perfil de Consciencia y Vida.
¡Hola Estrella! Me alegra que te haya gustado el relato. Al intentar reflejar la discordancia entre las personalidades de ambos, me salieron unos personajes (sobre todo ella) bastante insociables. Bueno, en principio, parece que en algo se van a entender, pero he querido dejar abierto el final para que cada cual se haga la idea. De momento no tenía pensado una segunda parte, pero nunca se sabe..., jeje.
EliminarUn besazo, Estrella.
Fíjate que pensé que quien la empujería a ella sería él,... y cuando ella le mirase con ojos incrédulos, él con los ojos vidriosos le diría que lo sentía,... pero a su abuela no le acababa de convencer. En fin Ziortza, David nos ha acostumbrado a la novela negra jajaja, pero que conste que tu final también me ha gustado. Feliz semana!
ResponderEliminar¡Hola Norte! Sí que has dejado volar la imaginación, cuando no sepa cómo terminar un relato, te avisaré, jeje. Bueno, por lo menos espero que mi final no te haya defraudado.
Eliminar¡Un abrazo!
Era inquietante y mientras te leía no sabía quién acabaría con quién, vaya pareja más extraña. Lo cierto es que a veces corren por el mundo parejas que una se acaba preguntando por qué están juntas, si son como las de tu relato, ni se importan ni se interesan y entonces ¿por qué perder el tiempo? A veces se salva el sexo y por eso algunos y algunas aguantan lo que sea, ya veremos qué tal les va a tus protas.
ResponderEliminarBesos
¡Hola Conxita!
EliminarCreo, como dices, que en la vida hay personas que están juntas y ni ellas saben por qué. En este caso, no sabemos qué va a ser de ellos, ni siquiera si van a iniciar una relación. Pero la vida da muchas sorpresas.
Un fuerte abrazo.
Una pareja compleja y que en un principio parecía tan contrarios y que al final encuentran una fusión para en el futuro quizá, conocerse mejor. Me ha gustado mucho el monólogo interno de ella y pasmoso comportamiento de él en un principio.
ResponderEliminarSin embargo, destaco una importante lección en tu maravilloso relato con respecto a ella, a pesar de lo "desagradable" que le produce la compañía de Dani, se dio aunque inconsciente, una oportunidad para que la química entre ellos surgiera.
Te ha quedado muy bien, Ziortza, a tal punto que pareciese ser tú el que vivieras la experiencia. Un placer leerte, amiga.
¡Fuerte abrazo!
¡Hola Mila!
EliminarCuando se inicia una relación, creo que muchas veces pasan cosas como las de los protagonistas (esperemos que no hasta ese extremo), al principio nada nos convence, todo parece estar en contra, y al final encontramos algo que nos lleva por otro camino. En principio, es lo que le pasa a ella, aunque no sabemos qué pasará.
Muchas gracias por tu cariñoso comentario, querida Mila.
Un besazo, guapa.
Ains pero sí él es un encanto, con el joyero de su abuela, ¡con lo que me gustan a mí los joyeros y las antigüedades! Es ella quien no acaba de abrirse y que incluso tiene pensamientos asesinos, pobre chico jaja
ResponderEliminarMe ha encantado el giro del final, por un momento he pensado que él también quería matarla a ella. A ver si con este comentario se suaviza la relación y por fin pueden disfrutar el uno del otro como es debido :))
Genial relato guapísima, no he despegado los ojos del móvil mientras leía! Besote de lunes :))
¡Hola guapa! A mí me pasa como a ti, si me regalaran un joyero antiguo seguro que ya me tendrían medio conquistada (y eso que tampoco uso joyas que digamos). Pero es que ella es rarilla (por no decir otra cosa). Jajaja, menos mal que al final él no la ha matado a ella, aunque si supiera las cosas que pasan por su imaginación...
EliminarGracias por tus palabras guapísima.
Besotes.
Hola, pues yo pensé que al final tu ibas de cabeza con él al acantilado .Un final sorprendente.Tu historia me gustó.Saludos
ResponderEliminarHola Betty, menos mal que no me he ido con él por el acantilado abajo, jeje (creo que te referirás a la protagonista).
EliminarMe alegro de que te haya gustado el relato.
Un fuerte abrazo.
Desde luego es un relato que demuestra toda tu sensibilidad de escritora. Porque el personaje femenino que muestras rompe clichés. Diría que tiene una personalidad que raya la de un psicópata, su ausencias de sentimientos, el atroz aburrimiento que le causan las sensiblerías de Dani, su rebeldía ante un ideal edulcorado de lo que la sociedad considera que debemos sentir por la familia... Sin duda es un personaje rompedor que solo unos ojos de escritora puede plasmar en un papel. Un abrazo!!
ResponderEliminar¡Hola David!
EliminarMuchas gracias por tus cariñosas palabras. A todos nos pasa que a veces imaginamos situaciones que sabemos que no van a darse, pero creo que en el caso de ella si que es una personalidad al menos "especial". Una vez leí que a nuestro alrededor hay algunas personas que son "psicópatas latentes" o algo así, personajes fríos y sin sentimientos, nada empáticos, que nunca van a hacer lo que piensan, pero rozan el límite.
Bueno el tema da un poco de repelús, jeje.
¡Un abrazo, David!
Por lo menos le ha sorprendido, porque parece que la chica no estaba muy interesada hasta ese momento.
ResponderEliminarNos has llevado muy bien hasta la sorpresa final, genial.
Un besillo.
¡Hola María! Me alegra haberte sorprendido. Interesada, interesada..., no, más bien todo lo contrario, jeje.
EliminarUn besazo.
Genial, una vez más Ziortza! Has conseguido arrancarme una sonrisa por lo irónico de la situación. A veces conocer a una persona puede ser un proceso confuso, pues no sabes bien por dónde tirar ni cómo predecir lo que tus palabras o actos van a provocar en el otro. Claro que, cuando se rompe esa barrera que nos acerca a la sensualidad, curiosamente nos relajamos y empezamos a sentir interés incluso por alguien que al principio nos sacaba de quicio, como es el caso.
ResponderEliminarComo digo, fantástica narración.
Un mega abrazo.
¡Hola Sofía! En realidad, a pesar de la situación que viven los protagonistas, me alegro de que hayas reído un poco, ya que los pensamientos de ella..., en fin. Es verdad que muchas barreras se convierten en nada cuando aparece esa sensualidad de por medio, es como un botón que hace saltar chispas, jeje.
EliminarMuchas gracias por tus cariñosas palabras, Sofía.
Un besazo, guapa.
Maravilloso, me ha encantado bastante, un relato ciertamente incomprensible, tan incomprensible como la vida misma, llena de sorpresas, situaciones inesperadas, lleno de sentimientos transparentes que el alma sincera sabe expresar.
ResponderEliminarAmiga Ziortza aunque ya te lo he dicho antes, tus relatos son magia, esa dulce sensación que un corazón sincero como el tuyo puede transmitir y me gusta navegar entre tus palabras y los sentires que transmites, abrazos, espero estés muy bien.
¡Hola Jorge! Me alegra que te haya gustado el relato. Cierto que es en parte bastante incomprensible y surrealista (sobre todo la parte de los pensamientos de ella). Me gusta que hayas apreciado esto en la narración.
EliminarTe doy las gracias por tus amables y cariñosas palabras, amigo Jorge. Y te mando un abrazo muy fuerte.
Muchas gracias Sebastián. Estaría encantada de que los publicaras en esta página.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Todo el mundo tiene esa capacidad de sorpresa, aunque no todo el mundo la utilice. Me gustó el relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias David. Me alegra que te gustara el relato.
EliminarUn abrazo.
Hola,
ResponderEliminarLa mente desde tan temprano relación y ya cavilando en lo que no le gusta de él jaja tiene mucho de cierto que las noches de farra deberían ser solo para bailar porque nunca sabes lo que te puede ocurrir,ni antes, ni después. Buen relato!!
Un saludo!
¡Muchas gracias Keren!
EliminarSí que es cierto, que las noches locas muchas veces no traen nada bueno...
Esperemos que a pesar de como han empezado, no sea el caso de nuestros protagonistas.
Un fuerte abrazo.
Si tal vez trataba de dar pena, pero al igual que ella tenía su relato interno. Más que sorpresa, atrevimiento, o las dos cosas.
ResponderEliminarBuen relato, saludos
Muchas gracias literatonovato. Cierto, los dos tienen sus historias...
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Ziortza,
ResponderEliminarMe parece que Dani va a tener que tener muuucha paciencia si quiere llegar a algo más en esta relación, pero tienen un punto a su favor y es la atracción, ya luego el tiempo les dirá.
Me ha gustado mucho esta extraña relación, y lo que muchas veces se piensa pero no se dice por miedo a que lo miren a uno como a un loco, jeje
Un beso.
¡Hola Irene! Bueno si al final la relación llega a buen puerto, esperemos que ella se relaje un poco y se deje llevar si dar demasiadas vueltas a la cabeza... Estoy contigo en que si alguien se metiera en nuestra cabeza para saber lo que pensamos a veces..., en fin.
EliminarGracias guapa.
Un besazo.
Hola Ziortza! Me leí el relato ayer pero no pude comentar, jeje. Me ha encantado y parecido muy entretenido. La protagonista es muy especial, sin duda, excéntrica en ciertos aspectos. Aunque consigues que el lector "conecte" un poco tanto con ella como con el chico, dibujando dos personalidades muy bien definidas. Y con el final me descojoné vivo, me parece sublime, sobre todo la reacción de la protagonista, que a mi parecer, se da cuenta de que ha juzgado demasiado rápido y de que siempre puede haber sorpresas en las sombras del alma. Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminar¡Hola Ramón! Qué bien que te haya parecido divertido, al final es un relato para entretener, jeje. Yo también (salvando las distancias) me identifico un poco con ambos: con el desquicie de ella y la desorientación de él; así es la vida.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, Ramón.
Un fuerte abrazo.
Me ha gustado mucho Una extraña relación como extrano la situación que se conocieron. La cajita de la abuela me llevó a otra conclusión, pensé que el algo iba a rodar por el acantilado. La actitud de la fría y desinteresada de la chica y las prisas de de él da para una relación que puede cambiar en cualquier momento. El sorprendente final da para una segunda parte. Animate a escribirla Ziortza. Un abrazo
ResponderEliminarHola Mamen. Jajaja, sí, todo indicaba que algo o alguien iba a acabar acantilado abajo. Menos mal que al final no fue así. Lo cierto es que lo escribí para que acabara así, con un final abierto, ya veremos si en el futuro me inspira para algo más, jeje.
EliminarGracias por tus palabras y un fuerte abrazo.
hola! muy interesante tu relato, nos has echo pensar bastante, relato muy sugerente! gracias, saludosbuhos.
ResponderEliminarMuchas gracias Buhos. Me alegra que os haya gustado el relato.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Hola Ziortza!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, con esa voz interior tan elocuente y juvenil, que nos haces ver la escena a la perfección describiéndonos a una chica aparentemente más madura pero con muchas inseguridades. Con el sugerente final nos has dejado preparados para una segunda parte, así que ánimo Ziortza!!
Un abrazo bien grande y besazos.
¡Hola Xus! Cierto, has descrito a la chica perfectamente, se cree "la leche" pero seguro que todo eso esconde frustraciones y amargura.
EliminarGracias por tus cariñosas palabras, Xus. La cabeza de momento no me da para una segunda parte pero ¡ya veremos!
Un besazo, amiga.
Pues creo que está siendo sincera consigo misma, simplemente, lo de imaginarse tirándolo por el acantilado es algo que a todos nos ha pasado en algún momento –ahora la rara voy a ser yo, ya lo estoy viendo–, me explico, eso de pensar "a este lo mato" e imaginártelo de repente, ella también se asusta de hasta dónde vuela su imaginación, así que tampoco es que sea una psicópata, lo sería si lo hiciera realidad, seamos sinceros... En fin, enhorabuena por tu relato, Ziortza, entretenido, y el giro final está bien, es lógico que la sorprenda cuando apenas se conocen, ella da por hecho demasiadas cosas, jeje.
ResponderEliminar¡Un besazo, guapa!