Hace unos meses tuve la suerte de ganar el IV Concurso de Relatos de
Románico Digital organizado por la Fundación Santa María La Real de Aguilar de Campoo. El tema
tenía que estar ambientado de alguna manera en la Edad Media y no sobrepasar
las seiscientas palabras. He de decir que soy una apasionada de la Historia.
Mi relato se sitúa a finales de siglo VIII. Carlomagno será coronado
emperador de un imperio prematuro y breve, el Carolingio, que abarcará buena
parte de la Europa actual. Antes, habrá sometido y evangelizado a varios de los
pueblos paganos que ocupaban estar tierras.
Una de esas tribus fue la de los sajones que, caracterizados por su
ferocidad, no se dejarán abatir fácilmente.
El premio eran 400 euros a canjear en productos y servicios de la
Fundación. Esto me ha permitido pasar unos días en Palencia y conocer gran
parte del arte Románico que está situado en esta provincia. También hacerme con
una enciclopedia impresionante sobre este arte en el País Vasco.
Sin más os dejo con el relato, espero que os guste.
EUROPA: PRIMERA PARTE
Esperamos resignados. Han
sido treinta años de combates sin tregua. Derramando
sangre y mordiendo tierra. Treinta años de locura.
Vinieron aquellos "hombres
de paz", empeñados en que abrazáramos su religión. Esa que solo
reconoce un dios, el señor Jesucristo, al que hay que temer y por el que hay
que luchar. Nos metían la cabeza en el río Elba mientras pronunciaban discursos
incomprensibles. Le dicen bautismo. Nos llamaban infieles y adoradores del
diablo; ellos sabrán qué quieren decir con eso. Y pronunciamos el juramento,
pero no cumplimos con la palabra, nunca nos rendimos. Su intención era usar
todas esas artimañas para someternos. Para que ese que llaman Magno, rey
de los francos, nos pusiera de rodillas bajo su dominio. Pero nosotros no somos
como los demás. Somos sajones, salvajes y feroces, un pueblo libre. Somos implacables, recios, no
les tememos. ¿Acaso no nos llaman bárbaros? ¿Acaso no les hemos hecho sufrir a
ellos también? La muerte vendrá pero antes nos habremos enfrentado mil veces,
habremos perseverado tiñendo de rojo cada una de las batallas. Con su sangre y
con la nuestra. Sus espíritus vagarán por nuestras tierras sin el descanso
eterno que esperan. No lo tendrán después de haber destruido el santuario de
Irminsul, nuestro roble sagrado. ¡Cuántas veces acudí a venerarlo en busca de
la fortaleza necesaria para afrontar las contiendas!
Escucho gritos a lo
lejos..., pero sé que no es debilidad, es ira, es furia contra el enemigo.
Ojalá tuviera una espada en la mano, esa que me ha sido arrebatada. Por lo
menos tengo el consuelo de haberla usado hasta el final.
Han llegado a mis oídos
todo tipo de murmuraciones. Se habla de concesiones, e incluso de rendición del
que ha sido nuestro jefe, Widukind. No puedo creerlo, no quiero creérmelo. Él,
que siempre ha alentado cada una de nuestros enfrentamientos. A hierro y fuego.
A sangre y odio. No puedo imaginármelo clavando las rodillas en el suelo,
claudicando, honrando a su dios.
Me tiemblan las piernas,
debe de ser el frío... Los aullidos se escuchan cada vez más cerca. Me han
atado las manos con cuerdas a la espalda. Están entumecidas, apenas las siento.
Creo que tengo los ojos hinchados por los golpes. He escupido dientes. Intento
pensar en algo que me lleve a otro lugar, pero no lo consigo. Sufrir y berrear
como los cerdos. No nos queda otra.
La voluntad me abandona,
no he de dejarla marchar. Después se irán la honra, la dignidad y el orgullo. Observo
a mi vecino, es su hora...., está llorando como un niño. Intento gritarle para
que no se abandone, pero no me sale la voz. Después un golpe seco y el
silencio.
Están frente a mí. Cuento
las piernas, son dos. Estoy sentado e intento enderezarme. Me empujan y vuelvo
a caer. Escucho carcajadas. Levanto la mirada. El sudor surca mis ojos y no
consigo ver. O quizás son las lágrimas de rabia que estoy intentando retener
las que me lo impiden. No debo mostrar flaqueza..., no puedo, mis ojos expulsan
el agua y me atraviesan la cara como pequeños arroyos, llegan a mi boca, noto
su sabor salado y el escozor por el contacto con las heridas... Me cogen del
pelo e intentan bajarme para poner el cuello en bandeja al verdugo. Me resisto,
su mano se queda con un mechón de pelo. Me pegan, me escupen, me insultan. Me
matarán a patadas, pero jamás, jamás verán mi cabeza rodar por la tierra que me
vio nacer.
Fantástico relato. Me ha gustado!.
ResponderEliminarMuchas gracias Ángel por tu comentario. Me alegra que te haya gustado.
Eliminar¡Un abrazo!
En primer, enhorabuena por el merecido premio obtenido en reconocimiento a tu gran talento para la narrativa. Por cierto Aguilar de Campoo es el pueblo con el olor más dulce de España por sus fábricas de galletas :-) y Palencia un destino cultural que merece mucho la pena. Tu relato nos adentra en un mundo y en una época fascinantes a través del narrador que nos transmite con fiereza sus emociones.
ResponderEliminarUn gran abrazo Ziortza y me alegro que hayas disfrutado de tu premio.
Muchas gracias por tu felicitación Miguel. Sí que es cierto lo de las fabricas de galletas jajajaja. En una visita guiada nos comentaron que en Palencia en un radio de 40 kilómetros había más de cien iglesias románicas, fíjate.
EliminarAgradecida también por tus elogios hacia el relato. La verdad es que todo en general ha sido una experiencia inolvidable.
¡Un beso!
Estupenda recreación, Ziortza, me ha gustado cómo la narración del protagonista nos transporta a ese negro pasado... Enhorabuena por el merecido premio y me alegro de que hayas podido disfrutarlo en toda regla. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Eva. Siempre es un trabajo escribir sobre otra época y otro tipo de acontecimientos (aunque hoy en día desgraciadamente también se dan pero con diferentes protagonistas), así que recibir un premio por ello es una satisfacción.
EliminarMe alegra que te haya gustado el relato, ¡un abrazo!
Hola Ziortza, discrepo contigo. la suerte no ha tenido nada que ver para que ganaras el premio....es trabajo, esfuerzo y talento...
ResponderEliminarGracias por esta joya..pasa buena tarde...besos premiados..
Guau Don Vito muchas gracias; talento no sé pero esfuerzo si que es verdad que requiere. Me encanta que te haya gustado tanto, con estos elogios todo ya merece la pena, me puedo ir a dormir tranquila, jeje.
Eliminar¡Besos!
Enhorabuena Ziortza por tu relato, no me extraña que ganaras el premio! Te lo mereces, la narración tiene una fuerza increíble.
ResponderEliminarMe ha gustado que compartas con nosotros la experiencia del premio y de lo que has hecho con ello. Enhorabuena otra vez Ziortza y un fuerte abrazo amiga.
Gracias amiga Xus. Me he presentado dos veces a este concurso, y la primera fue con un relato bastante más "dulce" por decirlo de alguna manera, así que este año decidí dar un giro y darle más fuerza como dices. Salió bien, jeje.
EliminarComo digo en la entrada estoy muy contenta, porque el premio me ha cundido bastante.
¡Un beso muy fuerte!
Ohhh guapa, muchas felicidades! El relato bien lo merece. No sólo tienes la capacidad de la narrativa, también la de saber ambientar la historia de una forma fiel. En este relato lo has conseguido, sin duda. Esa manera de describir la percepción del mundo cuando está a punto de ser ejecutado, me ha parecido fascinante. En otro relato que escribiste hace unas semanas, Elvira, conseguiste el mismo efecto de la buena ambientación (me gustó mucho).
ResponderEliminarUn besazo, artista :)
Gracias María por tu felicitación y tus palabras. Sí que es cierto que de alguna manera este protagonista y Elvira tienen en común su fatal destino y que están ambientados en otra época, a mí también me recuerda en parte. Aunque en este señor la violencia y la rudeza es bastante más evidente que en la pobre Elvira.
EliminarTe agradezco de nuevo María, las amables palabras que siempre me dedicas.
¡Un beso guapa!
Felicidades por el premio, Ziortza. Me gusta la intensidad del relato y que hayas elegido la primera persona, es alguien que se acerca a la muerte y no quiere doblegarse. Supongo que el episodio se refiere a la ejecución por orden de Carlomagno de cientos ¿miles? de líderes sajones que se negaban a abandonar el paganismo.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Gerardo. La primera persona es algo que me suele gustar mucho utilizar en mis relatos, a veces me sale casi solo, sobre todo en historias que requieren intensidad.
EliminarEn efecto el episodio es el que dices. A Carlomagno le costó Dios y ayuda (nunca mejor dicho) doblegar y convertir al cristianismo a los sajones, más que a cualquier otro pueblo, pero al final lo consiguió.
Un abrazo.
¡Hola Ziortza! Sí, fantástico relato, recuerdo que lo he leído allá por noviembre del año pasado cuando agradecías el premio en una entrada del blog. En su momento me apareció estupendo y del mismo modo ahora, que lo releo con gusto. El tema, que tanto te apasiona, reluce de la mano de tu elogiable narrativa. El contexto, tan bien sazonado con los datos históricos, es un agregado más que le aportas a tus cualidades literarias. Y la fuerza que tiene esa primera persona le suma sentimiento. ¡Qué más pedir! para disfrutar de una excelente lectura de este deslumbrante texto. Enhorabuena Ziorta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ariel
Gracias Ariel. Sí que es verdad que hice una entrada de agradecimiento en su momento, pero no había publicado el relato en el blog. Después de haber disfrutado del premio creo que era un buen momento. Es cierto que en esta narración mezclo dos de las cosas que más me gustan que son la Historia y escribir. Quería recrear un episodio importante pero a la vez desconocido para muchos como es este. En general es un tema importante porque se muestra lo importante de la religión y su estrecha relación con el Imperio que se forjó, un Imperio breve pero que marcaría el desarrollo de la historia europea.
EliminarGracias, como siempre por tus palabras tan amables y tan elogiosas, Ariel, eres muy generoso.
¡Un abrazo!
Impresionante, Ziortza. Creo que esa es la palabra que mejor define tu relato :) No me extraña que ganara, está lleno de fuerza expresiva y consigue que el lector empatice con el valiente y orgulloso protagonista al instante. La ambientación histórica que nos has hecho al principio también ayuda mucho a situarlo en el momento y lugar adecuados para los que no estamos tan duchos como tú en el tema :)
ResponderEliminar¡Enhorabuena, me ha gustado muchísimo!
Un beso de martes.
Guau Julia, muchas gracias. Si quieres que te diga la verdad cuando me llamaron para decirme que había ganado, me sorprendió muchísimo, no estaba segura de que fuera a gustar. Es un tema muy importante en la historia de Europa, pero la narración trata de un hecho histórico en sí muy concreto, de ahí la explicación.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado, ¡gracias una vez mas!
Un abrazo.
Tiene la fuerza y el dramatismo de un hecho con una gran importancia histórica. Me sorprende la facilidad que tienes para cambiar de registro. Parece que estoy viendo al personaje, vencido,... intentando mantener el orgullo ante los vencedores,... con esa declamación casi teatral de los héroes medievales,... Te felicito!
ResponderEliminarMuchas gracias Norte por tus palabras. Yo también me sorprendo a mí misma con esos cambios de registro (con más o menos fortuna), pero es que realmente hay muchos temas de los que me gusta escribir, aunque como digo, luego me salga un truño.
EliminarMe gusta mucho esa frase última que le has dedicado al relato, qué amable.
¡Un abrazo!
Felicidades por el premio Ziortza! Debo añadir que me parece muy bien merecido, además. Tu relato me ha encantado, está lleno de fuerza, justo la que el personaje no quiere perder a pesar de haber sido vencido. Es un texto genial desde la primera letra, hasta la última. Un abrazo! ; )
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y tus elogios Ramón. Quería darle esa fuerza de la que hablas al personaje y por eso utilicé la primera persona. Como dices es un hombre abatido pero cuyo orgullo y rabia permanecen intactos.
Eliminar¡Un abrazo!
¡Hola Ziortza! ¿Qué decir? Ya sabes que admiro tu manera de narrar, tu capacidad de narrar en primera persona y hacer verosímil al personaje, darle alma, voz y vida. Este es un relato en el que el personaje reconoce su derrota, pero no se resigna a perder su honor. Soy muy aficionado a la historia, sobre todo hasta el Renacimiento, y el imperio de Carlomagno me apasiona, uno de mis muchos relatos inacabados trata sobre su coronación como emperador de la cristiandad, en el 800. De hecho, toda su vida es apasionante, una historia que me encantó y esa si cuajó en uno de mis primeros relatos es la del elefante Abulabbas, el elefante albino que utilizó para la guerra. Enhorabuena, te mereces este y todos los concursos en los que participes. Un abrazo!
ResponderEliminarJo David, muchas gracias. La verdad es que siempre tienes palabras muy generosas hacia mí. Me alegra que seas también aficionado a la Historia, para mí es apasionante, y se aprende tanto, no solo del pasado, sino de por qué el presente es como es, no sé como hay gente que le puede aburrir, jeje. También da para muchos relatos así que te animo a que termines ese que mencionas sobre la coronación de Carlomagno, seguro que te sale redondo, es lo que pasa cuando se juntan dos pasiones.
EliminarPara mí es un placer que te pases por aquí, ¡un abrazo!
Escalofriante. Me has hecho volver a aquella época. Y aprece que no aprendemos. Seguimos en guerra por las religiones, y siempre acabamos de la misma manera, derramando sangre inútilmente.
ResponderEliminarMe ha encantado porque lo has descrito muy veraz. Normal que te guste la hitoria, se te nota en la pasión con la que escribes.
Un besillo.
Muchas gracias María. Es cierto que, aunque ahora nos creamos más civilizados, la guerra parece desmentir tal consideración. Y una de las peores cosas es las excusas o pretextos que se utilizan para empezarlas.
EliminarTe agradezco de nuevo tu visita y tus palabras.
Un besazo.
Felicidades Ziortza el premio es muy merecido.
ResponderEliminarEl relato está lleno de intensidad y te traslada a la historia, empatizas totalmente con el protagonista, sientes sus emociones, no quieres que lo venzan.
Nadie gana en las guerras, siempre se pierde.
Un saludo
Muchas gracias Conxita. El protagonista es muy orgulloso, está acostumbrado a la guerra y no quiere ser vencido. Eran pueblos muy acostumbrados a las escaramuzas, pillajes... pero no pudieron con el poderío del ejercito con el que se fraguaría aquel imperio. Efectivamente nadie gana en las guerras, y lo peor es que es una realidad que parece condenada a repetirse a lo largo de la Historia.
EliminarTe agradezco de nuevo tu visita y tu comentario, ¡Un abrazo!