viernes, 15 de septiembre de 2017

RELATO: NADA








Deberías apagar la televisión, sí deberías. Llevas como una media hora frente a ella sin ni siquiera observar las imágenes, y mucho menos sin escuchar lo que se masculla en sus entrañas. Realmente no te interesa, estás tirada en el sofá, malgastando el tiempo. La casa está hecha una mierda hace días, pero ni eso va a hacer que te levantes para seguir con el biorritmo que te marca la vida: lunes polvo, miércoles lavadora, viernes barrer y fregar el suelo, y tal. Hoy es lunes, así que una segunda capa de polvo se irá depositando encima de la primera y entonces sí, el musgo blanquecino irá inmiscuyéndose entre los libros, figuritas y demás cachivaches. También te dijiste a ti misma a comienzo de año, que después de la jornada laboral, irías a dar un paseo por la playa con el perro; ese mismo que está ahora tumbado como un ceporro en su mantita adornada con huesos de colores, moviendo las orejas y emitiendo balbuceos a consecuencia de sus transcendentes sueños perrunos.

Empiezas a hacer dibujitos imaginarios con el papel de la pared, entrecierras los ojos y sigues con un dedo los arabescos. No te habías dado cuenta hasta ahora, pero entre dos flores se puede ver un pájaro de perfil perfectamente, con su ojo y su pico, aunque le faltan las patas ¿o garras? Imaginas que les perfilas unas, primero el rabito vertical y luego tres rayitas saliendo de él, el típico pie de pájaro.

De pronto te fijas en tu postura en el sofá. Te has dejado caer y estás tirada tal cual has caído, una pierna flexionada con el pie apoyado en el suelo, la otra pierna sobre el chaise longue, la espalda en una curvatura extraña por el cojín que tiene debajo y la cabeza apoyada contra el respaldo; una posición muy proclive para contracturas. Sonríes, ¿una contractura más? Al menos estás relativamente relajada.

En un momento dado solo escuchas dos respiraciones: la tuya y la del perro. Parecen acompasadas, primero inspira él y luego tú, están sincronizadas en un ritmo perfecto.

Tus pensamientos van a lo supuestamente capital: has cavilado durante dos segundos que podrías llamarle, que podrías volver a disculparte por algo que no sabes muy bien qué es, ¿tu forma de ser? Decirle que todo va a ser como antes, que le quieres, que le amas con todo tu ser, que esas historias son cosas del pasado. En ese tiempo mínimo, realmente has imaginado que puede suceder, que todo puede cambiar a mejor, que solo hay que proponérselo.

Y una mierda…

No le llamarás, no te disculparás, no le dirás que todo va a ser como antes, no le dirás que le quieres, sencillamente porque es imposible. En ese momento podría estar coqueteando de nuevo con su compañera de trabajo, esa de la que habla maravillas; ni siquiera disimula, joder. E incluso todo podría ir aún más lejos. Después de una mirada cómplice podrían estar esperándose el uno al otro a la salida del trabajo, cogerían juntos el coche de él, no el de ella, es más seguro. Podrían ir a un hotel con esa batalla de sentimientos en los que ganaría por fin las ganas, la excitación, el sentir de nuevo “eso”. Pasarían la tarde juntos en una cama desconocida que en nada les recordaría a sus rutinarias vidas. Después saldrían de allí con prisas, con esa mezcla de confusión e irrealidad que da hacer algo supuestamente prohibido.

Te lo imaginas todo, incluso con detalles, te dices a ti misma si no será algo morboso e incluso retorcido. Pero lo que te ha hecho llegar a esa situación, a esos pensamientos que podrían calificarse de perturbadores, ha sido precisamente tu falta de sentimientos, esos que en otro momento se habrían transformado en odio y resentimiento, hoy ni siquiera te producen una ligera turbación.

Y sigues tumbada en la misma posición. Y sigues mirando la pared como si nada. Y sonríes incluso ante la nueva postura del perro boca arriba con las patas encogidas. Está cómodo. Tú también estás cómoda. Y sonríes ante esta nueva realidad. Y piensas de nuevo en él (por si acaso). Quieres sentir algo, aunque sea algo malo, pero es que ya no te importa. Realmente no te importa nada.


36 comentarios:

  1. Hola Ziortza,
    Qué buen relato. Al principio la protagonista me ha transmitido apatía, daban ganas de decirle muévete, haz algo, ¡lucha! Más tarde he comprendido que ya lo estaba haciendo, estaba cerrando una etapa importe de su vida. Algo que en otro momento le provocaba dolor ahora, ya no. Y ese mensaje es bueno, muy positivo.
    Un besazo y feliz fin de semana.

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    1. ¡Hola Irene! A veces creo que a mejor manera de enfrentarse a algo es no hacer nada y que las cosas fluyan ni necesidad de forzar. Creo que es lo que le pasa a la protagonista.
      Muchísimas gratas por tus palabras, eres muy amable.
      Un besazo.

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  2. Pues eso, nada, a veces es mejor no hacer nada, o nos resulta imprescindible para poder no sentir nada... y esa sensación de vacío será la que nos ayude a llenarlo a continuación, sin lastres ya de nuestra vida anterior. Enhorabuena por tu relato, Ziortza, muy conseguido. Besos y ¡feliz fin de semana!

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    1. Muchas gracias por tus palabras Eva. Completamente de acuerdo contigo, un poco de tranquilidad antes de una nueva "tormenta".
      Te agradezco de nuevo tu comentario.
      Un abrazo fortísimo.

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  3. Todos hemos pasado ratitos así. Es una buena forma de comenzar a vivir de nuevo.

    Un abrazo y feliz fin de semana!!!

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    1. Por supuesto que sí David. Yo también lo creo así.

      Un abrazo y ¡feliz inicio de semana ya!

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  4. Es la inmovilidad que precede a las grandes decisiones... Primero la mente vaga en tonterías, de a poco se aproxima a la zona de conflicto e imagina las situaciones que, probablemente, hayan ocurrido antes y que llevan a la protagonista al punto de quiebre en el que se da cuenta que no siente más nada por él.
    ¡Muy bien contado, Ziortza!
    Besos.

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    1. ¡Hola Mirella! Qué bien has interpretado el relato, realmente haces un resumen perfecto de lo que, al menos, yo quería dar a entender.
      Muchísimas gracias por tus palabras tan acertadas.
      Un besazo y feliz semana.

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  5. Hola, Ziortza! Describes una etapa más dentro del proceso del duelo, aunque aquí no sea una defunción sino un desengaño. Ese vacío emocional puede ser la última etapa, o tal vez no... Me ha parecido muy inteligente el uso de la segunda persona. Al no haber casi acción la primera persona hubiera estado forzada a decir cojo el mando, miro a mi perro..., es decir narrar acciones que un personaje no piensa que las está haciendo. Otra opción hubiera sido la corriente de pensamiento pero en un relato no me termina de convencer. Así que esa segunda creo que le pega como un guante. Un abrazo!!

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    1. ¡Muchas gracias David! Realmente aunque a primera persona es mi favorita en los relatos, a veces no me sale, y este era uno de esos casos. Igual, porque como dices, me salía muy forzado, así que opté por la segunda persona que a veces es muy arriesgada, a mi entender. Pero bueno hecho esta...
      Un abrazo muy fuerte.

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  6. Me ha parecido un relato estupendo.Saludos

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  7. Hola Ziortza, parece que en esta ocasión eso que algunos pudieran promulgar como receta de la amistad, no esta en los planes de tu protagonista ni de su expareja. El saber sobrellevar un duelo emocional y superarlo, puede llevar a una gran victoria vital, aunque desde luego la monotonía del estudio donde habita ella no parece que vaya a acelerar este proceso, quizás no haga falta.
    Estupendo relato Ziortza, un abrazo.

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    1. Muchas gracias Miguel. Ojalá todo el mundo pudiera acabar sus relaciones con una amistad, creo que a veces, por diferentes circunstancias no es posible. Realmente es una incógnita lo que le pasará a la protagonista, si esa apatía le ayudará al final o no. Yo espero que sí.
      Muchas gracias por tu comentario, Miguel.
      Un fuerte abrazo.

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  8. Hola Ziortza, el dialogo con tu yo, el más cercano a ti, en el caso de la protagonista lo ha dejado que hable, en otras ocasiones lo silenciamos, lo ahogamos en llantos, ah, pero claro, también hay etapas, claro, ese yo está despertando para que la vida siga adelante, seguro que lo consigue, es cuestión de tiempo. "Yo, Insiste, perservera". Un relato interesante, íntimo, personal. Un abrazo

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    1. ¡Muchas gracias Eme! Me gusta mucho las palabras que has escogido para interpretar el relato. A veces me gustan mucho los comentarios que me ayudan a "explicar" un relato que yo he escrito pero que me cuesta desentrañar. Es algo que me ocurre muy a menudo, (ya sé que es un poco contradictorio, jeje)
      Un fuerte abrazo, Eme.

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  9. Muy bueno Ziorza! Me ha encantado tu relato! Creo que todos hemos pasado por situaciones similares y causadas por cuestiones diversas, jeje. Algunas veces tenemos que detenernos y pensar, o simplemente hacer una pausa para que se ordene nuestro universo y recomponernos. Un fuerte abrazo! ; )

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    1. Muchas gracias Ramón, me alegra que ten hay gustado el relato. Desde luego que todos hemos pasado por esas situaciones, unos de una manera y otros de otra, pero lo importante es que al final todo pasa.
      Un abrazo muy fuerte.

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  10. ¡Hola Ziortza!
    Me ha parecido muy realista tu relato, además de ver a esa joven tal como la describes, junto al perro. Lo que en un principio me pareció en ella una desidia, un pasotismo y excesiva imaginación, al final lo comprendí mejor, el mensaje que me hiciste captar.

    En la vida todo está bien si una se encuentra a gusto con lo que hace y tiene, realmente no importa nada pues solo una es dueño de sus sentimientos y emociones, y bien por la prota, que vive a sus anchas, al menos de momento.

    Genial relato, amiga.
    ¡Un fuerte abrazo!!

    P.D. Espero hayas disfrutado de tus vacaciones, yo estoy volviendo poco a poco.


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    1. Hola querida Mila, encantada de tenerte a de nuevo después del parón veraniego. Me ha gustado una frase que has dicho: "todo está bien si uno se encuentra a gusto con lo que hace y tiene". Incluso si el cuerpo le pide quedarse tirada unas cuantas horas (no va a hacer daño a nadie, jeje)
      Me alegra que te haya gustado, Mila.
      Un abrazo muy fuerte y ¡feliz semana!

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  11. Me ha gustado mucho, Ziortza.
    Al principio pensé en esa apatía dominguera que nos invade a todos, esa desgana por hacer algo que nos levante del sofá. Pero poco a poco fui entendiendo las razones de la protagonista, ese estado mental en el que, tras la rabia, la frustración y hasta la humillación, no sientes absolutamente nada.
    Menos mal que hasta de eso se sale.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Sofía, me alegra que te haya gustado el relato. Yo creo, como dices, que es una etapa más que ella decide vivir así. Después seguro que seguirá con el ritmo que le marque la vida.
      Un fuerte abrazo, Sofía.

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  12. La quietud que lleva al confort. El confort de la nada misma. La quietud que te consume mientras los años pasan sin darse cuenta. Aunque sea podria salir a dar una vuelta, caminar por la playa, darle un paseo al perro, tomarse una cerveza en un bar. No se.. digo yo. Cada cual tiene su manera de sentir las cosas. Saludos

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    1. Hola Gustavo, yo creo que la protagonistas está pasando una etapa pero seguro que pronto volverá a dar sus paseos con el perro y a caminar por la playa.
      Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.

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  13. Ziortza consigues introducirnos en esa aparente desidia de la protagonista, nos vas llevando a lo que está sintiendo y preparando ese proceso, al final liberador en que la protagonista por fin es libre.
    Muy bien conseguido ese ritmo con tus letras y las sensaciones. Recuerdo que en la mujer justa de Sandor Marai se habla del olvido cuando el recuerdo del otro resulta indiferente, no importa si sufre o es feliz, si está solo o acompañado, no importa nada de nada de él o ella y es entonces cuando uno puede decir que ya "está curado" como le pasa a tu protagonista.

    Besos

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    1. Hola Conxita, muchas gracias por tu estupendo comentario. Estoy totalmente de acuerdo con esa frase de La mujer justa, precisamente la indiferencia es lo que hace que superes algo que te ha causado sufrimiento en otro momento. Bueno, eso es al menos lo que quería reflejar en parte. Me alegra que lo hayas visto así.
      Te mando un beso muy grande.

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  14. Creo que todos en algún momento de nuestras vidas hemos sentido precisamente eso: Nada; pero tu protagonista parece haber bajado hasta el último peldaño de la escalera y se ha instalado cómodamente allí...

    Qué bien lo describes, Ziortza, qué creíbles resultan sus pensamientos y cavilaciones, qué coherente la imagen que nos pintas con la situación. Puede que esté mal visto no sentir nada ante ciertas circunstancias, pero realmente a veces es el camino a la liberación definitiva.

    Estupendo relato, como siempre. ¡Enhorabuena!

    Besos de domingo :)

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    1. ¡Hola Julia! Qué bueno tenerte de nuevo por aquí. Espero que hayas pasado unas estupendas vacaciones.
      Me alegra que te haya gustado el relato. Yo también creo que es mejor no sentir nada ante determinadas circunstancias (no todas, por supuesto) porque si no nos causarían un sufrimiento eterno. Y a veces sufrir es inevitable, pero tiene que acabar en algún momento. Qué bien lo has descrito.
      Muchas gracias por tu estupendo comentario, amiga.
      Un abrazo y ¡bienvenida de nuevo!

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  15. La protagonista del relato está de duelo. Duelo por el amor que se fue. Duelo por lo que pudo ser. Duelo de tiempos pasados. Desesperación, desgana, tedio. Todo un cuadro depresivo del que no quiere, o no puede salir de ese abandono, esa desidia. Magnífico relato el que nos traes después de unas merecidas vacaciones.

    Un abrazo literario ;)

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    1. Muchísimas gracias Lola. Estoy segura que esa desgana es una etapa más, pero que poco a poco se levantará cogerá el perro y se irá a la playa a seguir con su vida.
      Me alegra que te haya gustado el relato, Lola.
      Te mando un abrazo muy fuerte.

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  16. Has "pintado" una escena que todos, o casi todos, hemos representado alguna vez a lo largo de nuestra vida. Esa apatía ante un vacío, ante la duda, la indecisión. A veces nuestros temores o prejuicios no nos dejan actuar. Pero no hay nada peor que la inactividad, que la dejadez. En tales situaciones lo mejor es levantarse, física y moralmente y vivir, seguir con nuestra vida. Si algo tiene solución, hay que buscarla, y si no la tiene mejor pasar página.
    Un relato muy bien logrado.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Josep. Creo que estas circunstancias son comunes a todos nosotros. A veces ciertos "cambios" en nuestra vida nos pueden llevar a una ansiedad que no te deja vivir o un estado apático casi agradable. Aunque lo mejor es que ese cambio pase cuanto antes y volvamos, como dices, a nuestra vida, fuera como fuera.
      Un fuerte abrazo.

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  17. Hola Ziortza,
    Yo lo veo mucho en mujeres separadas. Es una actitud que a fin de no complicarse demasiado la vida, esa poca libertad que hora se convierte en la gran liberación de muchos años de haber hecho todo por el marido es solo una parte de lo inevitable, el pensar en él. También es cierto que parece que para que una mujer sea totalmente "Feliz" debe ser todo como... ¿cómo lo diria? Ordenado o con coherencia. A ver, me explico: la casa ordenada, el animal limpio y con su comida, tus tareas, tu vida y tu trabajo en armonía que aunque muchos se quieran empeñar en que la labor de una mujer no es nada comparado con la del hombre. Son muchas cosas, y eso sin caer en la inevitable comparación de si con la otra , estará mejor que con nosotras. Hace falta esos momentos de duelo o de tomarse la vida con más calma pero sin dispararte el cerebro a cosas que en realidad, no te representan ni a ti misma. Si una quiere estar más vaga, ¿Porque no debería de serlo? Me ha gustado mucho. Un saludo cálido!!

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    1. Hola Keren, muchas gracias por tu extenso y acertado comentario. Seguramente estas situaciones se dan en muchas mujeres a las que muchas veces se les exige vivir al límite. A veces hay que "desconectarse" de la realidad. Me ha gustado tu última reflexión: "si alguien quiere estar vaga, ¿por qué no debería de serlo?". Hay un libro que no he leído pero que me encanta su título: El derecho a la pereza. ¿Por qué siempre hay que estar moviéndose? A veces el cuerpo nos pide lo que nos pide y hay que escucharlo.
      Te agradezco de nuevo tus palabras, Keren.
      Un fuerte abrazo.

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  18. Bueno...simplemente me ha encantado!! Todos o casi todos hemos pasado el duelo por ruptura, y no es una sensación agradable ni algo que se supere de un día para otro (hablo de relaciones largas y estables) requiere su tiempo y creo que, como hace la protagonista de la historia, tendemos a culparnos del fracaso conyugal. Y lo peor es eso, pensar en qué estará haciendo la otra persona y no poder parar de imaginar. Pero son etapas y todo se supera!! Quizás la protagonista aún no ha comprendido que estará mejor sin él :)) Tiempo al tiempo...
    Has descrito de una forma espectacular ese sentimiento de duelo después de que una relación acabe, me ha encantado! Un besito guapa!

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    1. Gracias María. Todos, en efecto, pasamos por situaciones parecidas y hay que dejar pasar el tiempo para que las cosas vuelvan a asentarse. Pasamos por diferentes etapas, hasta que al final, nos damos cuenta que ya nada relacionado con eso nos afecta. Me alegra, de verdad, que hayas visto todas esas cosas y sobre todo que te haya gustado.
      ¡Abrazos mil!!

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