Respecto al mal llamado bar El Reposo, existe una superstición
muy arraigada entre los lugareños (otros creen que es una certidumbre
contrastada y corroborada por los muchos viajeros que se aventuran por esos
mundos de Dios): lo que pasa en El Reposo, te persigue de por vida hasta
la muerte. Siendo una triste cantina, ¿qué te puede pasar?, se preguntó Elisa.
Aventurera y espeleóloga de profesión, había recalado allí atraída por
historias de cavidades naturales espectaculares, y por una fauna y flora
especialmente particular.
El primer cartel que encontró al llegar al pueblo no fue Bienvenido a
Retuécanos como sería lo habitual a la entrada de cualquier localidad,
sino uno de advertencia: Forasteros: no entren al Reposo (solo para
residentes).
¡Pero, cómo podía ser eso! Elisa era un ser sociable por naturaleza. Esa
hostilidad gratuita e incluso extravagante era algo nuevo para ella. Siempre
había sentido esa amabilidad y cordialidad de las gentes que, poco
acostumbradas a las visitas, se desvivían por atender al de fuera.
No hay nada más excitante para un cerebro juguetón que una prohibición.
Su reacción será la trasgresión inmediata. Con una rabia contenida casi
inaudita en ella, abrió las puertas del
antiguo oeste del Reposo con una impostada tranquilidad. Se dirigió a la
barra. A su mente vino la escena de algún western protagonizado por John Wayne:
el protagonista, considerado un renegado y obligado a exiliarse por alguna
injusticia, vuelve a sus raíces en busca de venganza. Enseguida los hombres y
mujeres allí presentes sumergieron al local en un tenso silencio y giraron sus
cabezas hacia ella. "Un whisky," pidió, "¿seguro?" preguntó
el barman, "por supuesto" respondió. Y sin embargo no estaba segura. No
bebía alcohol, su idea era tomar un botellín de agua mineral, pero en ese
momento las palabras emergieron de su boca como sin querer. No había otra, un
whisky tenía que ser, o dos, o tres…
La música comenzó de nuevo y con ella el ajetreo de un bar que parecía
tener sus propias normas: jugadas de cartas con pistolas sobre la mesa, mujeres
que tiraban baldes de agua a los borrachos desde el segundo piso y niños
atendiendo detrás de la barra.
Con un ligero mareo y cansada de pedir un vaso tras otro, se hizo con
una botella y fue a sentarse a una mesa aislada del resto. Comenzó a sonreír de
forma irónica a los que la miraban mientras les invitaba a un trago con un
gesto de botella.
—En un sitio como este no es bueno que a una la vean beber sola. —Era
una voz grave y aguardentosa.
—¿Sola? —acertó a decir.
—Implica que hay una rabia dentro, que se está buscando una vía de
escape. Una ira que pronto puede derivar en algo desagradable. Entonces la
gente se adelanta y le puede acarrear más de un problema, ¿sabe usted?
A pesar de que todavía no le había visto la cara al hombre, aquel ¿sabe
usted? le pareció encantador. Si supiera el pobre que aquella ingesta
etílica masiva se debía a un orgullo insensato y malentendido…
—¿Viene a socorrerme? —Se dio la vuelta y se encontró cara a cara con
él.
—Vengo a aconsejarle.
Pelo negro, ojos profundos y vidriosos, tez curtida y viajada.
—Parece conocer muchos sitios cómo este…
—No lo sabe usted bien señora. —Otra vez aquel sabe usted.
—Beba conmigo entonces. —sentenció.
El desconocido se sentó enfrente y ella le deslizó un vaso. Se lo llenó
derramando la mitad y luego se sirvió. Hicieron un brindis y bebieron. Se miraron
uno segundos. Y otra vez el mismo ritual.
—¿Seguro que quiere seguir, señora? —La contempló con dulzura, ella
sintió un pinchazo en el corazón.
Se oyó un ruido y alguien cayó por las escaleras desde el segundo piso.
No se inmutaron. Después volaron sillas detrás pero tampoco pestañearon.
Cuando llevaban unas diez rondas, Elisa le miró y ladeo la cabeza como
para escrutarle mejor:
—Me gustaría subir con usted a una de las habitaciones, si no le importa,
antes de caerme redonda. Solo si le interesa, claro.
Él se puso de pie de un salto. Ella hizo lo propio como un resorte.
—No solo me interesa, creo que es la mejor opción dadas las circunstancias
—dijo mirando de soslayo el desastre que se estaba produciendo alrededor.
El desconocido le cogió de la mano y subieron las escaleras sorteando
cuerpos desmayados y botellas rotas.
Una mujer con corsé, pololos y abanico les atendió tras una pequeña mesa
que estaba plantada de manera surrealista al inicio del pasillo:
—¿Te doy la de siempre, amigo? —le dijo al hombre.
—Por ejemplo.
Elisa le observaba con gesto bobalicón.
—Ya veo que no es la primera vez que sube al segundo piso.
—Con una mujer sí.
Ella se paró, le tiró del brazo y cuando él se dio la vuelta, le besó
con fruición.
No te muevas por favor, déjame a mí…
Amanecía un día que prometía ser espectacular. Elisa estaba sentada en
los escalones que había fuera del Reposo, con una camisa tres tallas más
grande y un dolor de cabeza insoportable. Las puertas del bar estaban ya
cerradas a cal y canto y no había indicios de vida en la calle. A su lado, su equipo de espeleología permanecía
incomprensiblemente intacto.
—Así que cuevas, ¿eh? Sígueme.
Alzó la cabeza. Ahí estaba él, imperturbable, apoyado con cierta desgana
en el amarradero de los caballos.
Anduvieron unos tres kilómetros hasta una tierra despoblada. Las enormes
rocas que sobresalían en el paisaje indicaban la existencia de numerosas
grutas. Unos cuantos alcornoques salpicaban el terreno.
—Ahí las tienes, seguro que te gustarán. Yo te espero aquí, hay animales
cerca, te podrían destrozar los aperos y las cuerdas. Luego me dirás por donde
seguimos.
Elisa no podía más que mirarle anonadada y maravillada. "Lo que
sucede en El Reposo te persigue hasta la muerte...," pensó. Pero nadie
dijo que tuviera que ser algo malo, ¿verdad?
Olé!!!!! Genial Ziortza.
ResponderEliminarMuchas gracias David.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un relato con elementos de un western y una atmósfera de misterio. Me gusta la combinación y ese final que deja con ganas de más.
ResponderEliminarUn abrazo, Ziortza.
Hola Sofía. Me alegra que te haya gustado el relato y que te haya dejado con ganas de más, jeje.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Tu relato me ha descolocado un poco, Ziortza, claro que hoy estoy un poco "empanada" y bien pudiera deberse a eso. Resulta de lo más original y creo que también integra algún elemento de toques subrrealistas. Me quedo con ganas de saber más sobre ese tipo duro y seguro de sí que está dispuesto a ayudar a Elisa...
ResponderEliminar¡Muy bueno, enhorabuena!
Un beso y feliz finde :)
Hola Julia. Como dice una canción (creo) "a veces las cosas son lo que parecen" sin más. Aunque entiendo que te descoloque un poco el relato, ya que si que tiene algo de fantasía o surrealismo como dices.
EliminarMuchas gracias por tus siempre amables palabras.
Un besazo y ¡feliz sábado!
Me ha costado ubicar una arqueóloga en el "oeste",pero sí, por qué no. Tiene intriga hasta el final y va tirando de ti. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tus palabras literato novato. Aunque tengo que hacer un par de matices: es espeleóloga y está ambientado en Retuécanos no en el oeste, jeje (es un pueblo ficticio inventado por mí, en el que todo es posible jajaja). Sí que es cierto que el bar mosquea un poco...
EliminarYa en serio, muchas gracias por tus amables palabras.
Un fuerte abrazo.
Sorprendente, Ziortza. Con esos toques de western y misterio.
ResponderEliminarUn buen relato
Muchas gracias Mirna. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn besazo.
Curioso relato en el que me ha parecido estar en un mundo abstracto, aventurero y atrevido, pues Elisa como buena espeleóloga así lo demuestra incluso al entrar al bar. Creía que leería un final trágico y en contrapartida encontré una lección bonita, Ziortza. "Nada tiene que ser tan malo solo porque alguien le parezca" siempre está la otra cara de la moneda en todo.
ResponderEliminarMuy bueno, me gustó mucho el misterio que rodea al "REPOSO.
Abrazos y besos.
Hola Mila. Muchísimas gracias por tu agradable comentario y por la interpretación que haces del relato. Desde luego no es un mundo tal y como estamos acostumbrados, jeje, parece un poco de película...
EliminarY me pareció una buena idea acabarlo bien, a pesar de que nada hacía pensar que así fuera.
Te agradezco de nuevo tu cariñosa visita.
Mil abrazos.
Bueno Ziortza y además lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas....o lo que es lo mismo, lo que pasa en El Reposo...
ResponderEliminarDe prohibiciones y deseos, también nos hablas y así lo dejó retratado negro sobre blanco la escritora Carla Montero en su novela Una dama en juego y que venía a decir algo así como que las prohibiciones son la mejor propaganda para consumar los deseos más ocultos.
Me apunto a El reposo, me apunto al Titty Twister de Abierto hasta el amanecer y me apunto a tu blog una vez más, felicidades!
Jajaja yo la he comparado con Tarantino también mientras tú lo escribías. Bueno, tú con Robert Rodriguez, pero Tarantino ahí está también! Un relato genial, ya lo he puesto en mi propio comentario :)
Eliminar¡ja,ja,ja María vaya conexión! Y claro que sí, Tarantino escribió sino recuerdo mal Abierto hasta el amanecer y actuó, bueno a ver que nos dice Ziortza, que le hemos organizado un pequeño debate en su casa :)
Eliminar¡Hola Miguel y María! Jajajaja, lo cierto es que cuando escribí el relato si pensaba en algo surrealista pero no hasta el punto de Tarantino o Robert Rodríguez. Pero cuando lo leí una vez acabado, sí que me vino a la cabeza Abierto hasta el amanecer..., lo que pasa es que esta historia es menos gore y menos gamberra (por no hablar del jolgorio vampírico del final, jeje). Esta es más delicada...
EliminarMuchas gracias Miguel por tus comentarios siempre tan amables (me apunto ese libro que no conozco).
Un fuerte abrazo.
Jaja la historia ha empezado un poco a lo Tarantino! Con un bar misterioso en el lejano oeste (o al menos parecía el lejano oeste). He pasado el relato sufriendo por la pobre chica, pensado que le iba a ocurrir algo horrible. Aunque haya acabado bien, si yo soy ella no entro en un sitio con esa advertencia jajaj me ha encantado. No me gusta usar la frase "un final inesperado" porque es un topicazo, pero es que en tu caso es así!! Un relato genial!! Besitos :)
ResponderEliminarGracias María. Me alegro que te haya gustado. La verdad es que como el relato comenzaba tan amenazante quería acabarlo de forma suave..., quizás por eso parezca inesperado.
EliminarUn besazo muy grande guapa. ¡Feliz semana!
Hola Ziortza, uhm, el oeste, la espeleóloga y los alcornoques, ¡guau que combinación! Chica con tu lectura se transporta una a cualquier sitio. Fluida la historia, casi bebiendo de la botella con Elisa. Gracias por esta lectura de despertar, un regalo. Un abrazo, feliz semana!!!
ResponderEliminarHola Eme, ya se que la combinación es surrealista e imposible, pero bueno es que en este pueblo todo es posible, jeje. Me alegro que a pesar de ello te haya conseguido trasportar al lugar.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, nada más levantarse una le levantan el ánimo.
Un besazo y ¡feliz semana!
Qué aguante tiene Elisa, jeje
ResponderEliminarTanto whisky, sin duda, nubla el juicio, ;)
Me gusta el final que le has dado Ziortza, siempre pensamos en el ¿y si?. Las advertencias muchas veces se tienen que infringir para tener un buen final.
Una historia surrealista, que engancha desde la primera línea.
Besos.
Totalmente de acuerdo Irene, si no infringimos de vez en cuando las advertencias todo sería demasiado aburrido, como se suele decir "el que no arriesga no gana". Y en este caso la historia sale bien.
EliminarMuchas gracias por tus palabras guapísima.
Un beso muy fuerte.
Porqué no me extraña que la mayoría de las chicas quieran saber algo más del relato, ... o de él jajajaja. Extraordinario final cuando la tragedia parecía servida. Feliz semana!
ResponderEliminarClaro es que él pone el listón muy alto Norte jajaja..., Elisa no se merecía un trágico final después de su valentía. Por lo menos un final que le va a traer agradables sensaciones, creo yo.
EliminarUn abrazo muy fuerte Norte y feliz semana.
Me ha gustado mucho Ziortza! Tiene un toque muy Tarantino, que le sienta genial. Eso sí, Elisa posee un aguante con el whisky tremendo, jaja, aunque haya acabado borracha como una cuba, yo hubiera aguantado mucho menos. Y el final es otra de las piezas claves del relato, sobre todo la última reflexión, que me ha parecido genial: "Elisa no podía más que mirarle anonadada y maravillada. "Lo que sucede en El Reposo te persigue hasta la muerte...," pensó. Pero nadie dijo que tuviera que ser algo malo, ¿verdad?". Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminarBueno yo con el primer Whisky hubiera acabado en el suelo jeje..., pero yo creo que tal era su voluntad por saber que es lo que le iba a ocurrir en ese lugar que eso le lleva a ese poder de aguante. Me alegra que hayas resaltado esa frase del final, cuando todo parecía que iba a acabar mal.
EliminarGracias por tus palabras Ramón y un fuerte abrazo :))
Fantástico amiga Ziortza has trasladado la imaginación con todo y sentimientos hasta el mismísimo El Reposo, demostrando que la magia existe y te persigue por siempre. Me ha fascinado la lectura amiga, intensa como tu sabes expresar, saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge, eres muy amable como siempre. Me alegra que uses la palabra "magia" porque a veces es algo necesario, entre tantos dramas. La protagonista se arriesga y encuentra algo mágico.
EliminarTe mando un fuerte abrazo, amigo Jorge.
Ay me ha encantado. Sobre todo ese final, no me lo esperaba, cuando estaba terminándolo, y veía lo poco que quedaba, pensaba que tendría segunda parte, porque no podría acabar tan pronto. Pero lo has hecho genial. Perfecto.
ResponderEliminarUn besillo.
Muchas gracias María. Me alegra que te haya gustado el final porque, no te creas, no las tenía yo todas conmigo..., no sabía si igual era un poco abrupto. Pero bueno, parece que al final salió bien.
EliminarUn besazo.
Bueno, Ziortza. Te aseguro que la historia es única para disparar ideas. Te apunto los caminos por los que pensaba que iba el relato desde el comienzo. De inicio un bar fantasmagórico en el que su presencia parece generar una ambiente de western en el que ella adopta el papel del clásico vaquero aguerrido, con la presencia del hombre me ha asaltado la escena de El resplandor, aquella en la que el bar del hotel se llena de fantasmas; después un lugar donde el erotismo se dispara, una especie de club como Eyes wide shut; al despertar me trajo la película de Tarantino que te han comentado María y Miguel... Hasta llegar a ese final romántico, en el que esperaba algún bicho salido de esas cuevas. Desde luego has conseguido dispararnos las neuronas, Ziortza. Un abrazo!
ResponderEliminarJajajaja David, cuando no sepa por donde tirar en una historia ¡te voy a llamar! Es curioso cuando uno escribe y sabe como va a ser la cosa y luego la gente cuando lo lee y deja volar su imaginación... Finalmente la historia suele ser más normalita, jeje. Con la idea que más me he reído es con la del club erótico tipo Eyes wide shut, soy tan negada para escribir esas cosas, tan "pudorosa" jajajaja.
EliminarTe agradezco tu maravilloso comentario, ¡cojo notas!
Un fuerte abrazo.
Me ha encantado. Un relato bien escrito, lleno de misterio y creatividad.
ResponderEliminarMuchas gracias Paola, eres muy amable. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn besazo y feliz fin de semana.
Fantástico relato. Ambiente wéstern sin duda alguna.
ResponderEliminarMuchas gracias Ángel, eres muy amable.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Cómo me he reído, Ziortza! Desde luego en Retuécanos pasa de todo... normal, si tienen un salón como los del Oeste y todavía hay quien usa pololos... Genial y desternillante relato, mi más sincera enhorabuena. ¡Besos guapa!
ResponderEliminar¡Hola Eva! Me encanta que te hayas reído, sí, jeje, Retuécanos es un sitio en el que todo es posible, como esta historia un poco surrealista. Muchas gracias siempre por tus agradable presencia, Eva.
EliminarUn besazo guapa y ¡feliz fin de semana!
Jolín!!! me he quedado con ganas de más Ziortza!
ResponderEliminarQue ambiente más cinematográfico, me he visto de pronto en ese "El reposo" observando todo desde un objetivo privilegiado, has conseguido una recreación totalmente creíble... hasta creo que me he sentido un poco piripi jajajaja ... y desde luego hechizada por esa voz y esa historia.
Me ha encantado Ziortza, enhorabuena.
Besazos y feliz fin de semana.
Jajaja Xus. Es que El Reposo podría dar para mucho más, pero entonces tendría que escribir una novela, jeje. Me alegra que hayas visto un ambiente cinematográfico (ya sabes que compartimos pasiones) y de que te hayas metido tanto en la historia (es que el Whisky es muy fuerte, traspasa la pantalla, jeje).
EliminarMil besos querida Xus y que pases un bonito fin de semana.