PESADILLA EN ROSA (1964)
John D. MacDonald (1916-1986)
He leído dos novelas de John D. MacDonald y lo mejor que puedo decir es
que son puro entretenimiento (una palabra un poco denostada y desprestigiada
cuando es una de las mejores cosas que se puede decir de un libro).
Adiós en azul y Pesadilla en rosa están protagonizadas por un
curioso detective-vividor, Travis McGee, que vive en un barco en Florida y se
mantiene como puede, al día, con los
casos que van surgiendo. Como en otras muchas novelas de temática negra, a
veces estos sucesos se quedan en segundo plano cuando el escritor nos muestra
un alarde de creatividad narrativa, un ingenio desbordante, unos diálogos
jocosos y divertidos que nos mantienen con una sonrisa en la boca durante gran
parte de la aventura. Todo ello salpicado por reflexiones puntuales sobre la
vida y el ser humano que no dejan de ser por lo menos interesantes:
"Hasta el momento en que la población de langostas alcanza una
determinada densidad, estas actúan como saltamontes. Cuando se llega al punto
crítico, se vuelven agresivas, se convierten en una plaga e intentan devorar el
mundo. Nosotros también no estamos acercando a este punto crítico. No tardará
en llegar el momento en que cuando dos desconocidos choquen en pleno mediodía
en alguna calle de Nueva York, no se limiten a gruñirse y seguir cada uno su
camino: se detendrán, se mirarán fijamente y saltarán al cuello del otro en
medio de un aterrador silencio. Y la infección se extenderá por la ciudad. Las
ancianas aplastarán cráneos con sus mortíferos bolsos. Los coches invadirán las
concurridas aceras. Los conductores acelerarán sus automóviles y se
estrellarán. El fenómeno se extenderá..."
En este ocasión Travis MacGee acepta hacerle un favor a un antiguo
compañero de armas: el prometido de su hermana ha muerto en extrañas
circunstancias y tiene que viajar a Nueva York para intentar esclarecer el
suceso. Todo indica que la empresa en la que trabajaba el fallecido está detrás
de la historia.
La novela se puede diferenciar en dos partes claramente. En la primera,
más socarrona y jovial, el protagonista se dedica a buscar indicios y a
enamorarse de Nina, la hermana de su amigo.
La segunda parte la historia da una vuelta de tuerca y nos adentramos en
un mundo siniestro y oscuro. Es cuando el título adquiere sentido, ya que
efectivamente, es una "pesadilla en rosa", una pesadilla grotesca de
la que parece difícil salir.
MacDonald es un escritor fascinante y crea atmósferas de suspense
magnífico. Sus libros son joyitas que no hay que dejar escapar.
No conocía al autor, me lo apunto. Coincido contigo, una novela, un relato, debe partir de una premisa: entretener. De ese pilar puede partir un dolmen, una casa, un bloque de pisos o un rascacielos. Pero si un libro aburre, poco importa al lector la profundidad de su contenido. Gracias por la recomendación!
ResponderEliminar¡Eso es David! Cuando un libro, una película o cualquier obra nos entretiene, hay cumplido su objetivo primordial. Como bien dices después todo lo que venga, tenga o no mayor trasfondo, es bienvenido. Y también hay que reivindicar el entretenimiento por el entretenimiento, claro que sí.
Eliminar¡Un abrazo!