lunes, 3 de julio de 2017

RELATO: FELICIDAD







  

DIARIO DE ELENA



Todo comenzó cuando un día en clase de literatura estaba leyendo un poema de Juan Ramón Jiménez en voz alta; aunque creo que lo que me ocurrió habría pasado con cualquier otro poeta. De repente sentí un ahogo y un mareo.

—No puedo seguir —le dije a la profesora que miraba ensimismada y distraída por la ventana. —No me encuentro bien.

—Ah, bueno, pues que siga Raquel. —Y juro que me puso cara de cierto asco. Creo que no soportó que la sacara de sus ensoñaciones.



Otro día en un examen de matemáticas me quedé en blanco. Pero no porque no  supiera las respuestas, no fue eso, simplemente la mente se me quedó como sin pensamientos, ni buenos ni malos. Era una especie de planta sentada en la silla, consciente de mí, pero sin percatarme de nada más. Me quedé en este estado catatónico mirando al suelo durante treinta minutos. Solo yo parecí darme cuenta, pasé inadvertida entre tanto cerebro concentrado. No aprobé ese examen ni los siguientes, por supuesto. Mis padres aludieron a los chicos que todo lo descolocan.

.—Ya te darás cuenta de las tonterías que se hacen a tu edad, pero cuando lo hagas será demasiado tarde. —Me animaban.



Dejé de salir con unas amigas que tenía. Fue muy fácil, solo tuve que desactivar las notificaciones del Whatsapp y desaparecieron como la espuma. No tuve ninguna llamada aludiendo a esta circunstancia, tampoco la esperaba. Solo Sara tuvo algo parecido a una preocupación cuando me vio por los pasillos del instituto.

—¿Se te ha roto el móvil?

—Sí, creo que sí.

—Ya, cuando tengas el nuevo nos lo comentas, chao.



Dejé de comer tres veces al día, con una me bastaba. No es que me considerara una chica gorda y quisiera bajar de peso, simplemente no necesitaba más, no tenía apetito.

Pasaba mucho tiempo frente al televisor, no me interesara lo que dijeran, eran las imágenes las que me entretenían. Hablaba poco, lo suficiente para responder a mis padres y luego me iba a la cama.



Pero solo dormía unas tres horas. Después me desvelaba y me sentaba en la cama. Me quedaba quieta mirando a la ventana. Y un día las lágrimas me empezaron a brotar de forma compulsiva noche tras noche y de tanto escurrirse por las mejillas me hicieron un surco violáceo. 

Ahora tengo a mis padres preocupados.

Estas han sido las últimas palabras que he escrito en este diario.



* * *



—¿Desde cuándo escribe un diario?

—No lo sabemos, lo encontramos hace unos  días, y como ve, no hay fechas que lo indiquen.

El médico se revolvió inquieto en la silla.

— Verán, el desarrollo de una personalidad compleja o depresiva en adolescentes hacía tiempo que no se daba. Creíamos haberlo erradicado. Esto no debería de haber pasado.

—Últimamente ya no habla, se sienta a ver la televisión o se tumba en la cama. Parece como si pensara…

—¿Vida social?

—Nula.

—¿Estudios?

—Todo suspendido.

—Vamos a ver, cómo se lo explico…, la vacuna que se desarrolló va directa al cerebro. Es como aquellos antiguos antidepresivos pero a lo bestia… bueno no sé si es la palabra correcta… pero sin ningún efecto secundario, de ahí su valía. Regulan de tal forma la serotonina y las endorfinas que se llega a la satisfacción plena. Pero para eso hay que reducir la actividad neuronal; todo eso se pensó concienzudamente. Así como el hecho de que habría que aplicarla en adolescentes que es cuando se producen mayores alteraciones en el comportamiento. En resumen: su hija debería ser feliz.

—¡Pero no lo es! —El hombre pegó un puñetazo en la mesa— Disculpe… mi mujer y yo estamos un poco nerviosos. No habíamos visto nada similar. Bueno, miento, sí en adultos, pero en adolescentes, casi niños…, es inhumano. Hemos preguntado a amigos y no saben que respondernos, nos sentimos muy solos con todo esto.

El hombre agachó la cabeza; su mujer miraba a algún punto incierto por encima del  médico. Este entrelazó los dedos y se dispuso a decir algo trascendental:

—Su hija parece estar desarrollando una reacción a un mundo que no comprende. Es como si estuviera, como decirlo, desorientada. Esto solo puede deberse a que su cuerpo se ha hecho resistente a la vacuna.

—No acaba de entendernos, doctor. No queremos más explicaciones, queremos una solución. Estamos dispuestos a pagar lo que sea.

El médico asintió pensativo y se levantó. Se dirigió a la ventana y observó. Era la hora de salida del instituto de enfrente. De repente el eco de un estruendo en forma de carcajadas inundó la estancia.

—Hay algo… —comentó— es un medicamento nuevo, pero está en fase experimental, aún no se ha comercializado.

—¿Qué quiere decir?

—Lo que le he dicho. Que todavía no estamos seguros ni de su eficacia al cien por cien, ni tampoco de sus contraindicaciones. Pero si se confirman los resultados obtenidos de la experimentación en laboratorio, todo indica que estamos ante un gran descubrimiento.

—¿Qué descubrimiento?

—La absoluta y cuando digo absoluta digo total, ausencia de dolor emocional. En definitiva la eliminación de la tristeza en las generaciones venideras.

—Pero eso es grandioso, doctor…



* * *



DIARIO DE ELENA



No es que tenga necesidad de seguir escribiendo en el diario, pero los médicos me lo han pedido para que puedan hacerse una idea de mis sensaciones y sentimientos desde que inicié el nuevo tratamiento.

¿Qué puedo decir? ¿Se puede pedir más a la vida?

He vuelto a “conectarme” con mis amigas del Whatsapp, tenía casi mil mensajes sin abrir. ¡Cómo me he reído! Son muy cotillas… pero me encantan, ha sido entretenidísimo hablar del nuevo color de pollo del pelo de Paula, o de la ridícula falda demodé que se ha comprado Erika.  Les he comentado que ¡por favor!, no me hagan hacer tales locuras, que me avisen antes, que no quiero ser el hazmerreír…



Ha pasado ya una semana del inicio del tratamiento.



Ayer fue un día terrible para mi familia. Se murió nuestro gato Ricky, tenía ya quince años. Intenté abstraerme del tema poniéndome los auriculares para escuchar música en el móvil, mientras ellos hacían una especie de funeral en su honor en el jardín. No pude evitar emitir una carcajada. Me miraron con cara de no entender.

—A ver, todos vamos a morir, el gato, vosotros…, será mejor que lo asumamos cuanto antes.

—Pero, tú querías mucho a Ricky… —Mi madre incrédula me contemplaba con los ojos como huevos.

—Por supuesto ¿y? ¿Queréis que me ponga a llorar por las esquinas?



En mi casa me observan como si fuera una marciana sin sentimientos. Pero, ¿qué quieren? Si nunca he sido más feliz… No les entiendo, estoy remontando la nota media que tenía en el curso. Me gusta ir al instituto y participo de todas las tareas escolares. Tengo muchas amigas y creo que le gusto a Dani, que antes no me hacía ni puñetero caso…



Han pasado ya tres semanas del inicio del tratamiento.



Hoy me he levantado a las nueve. He ido a estudiar. He salido a las tres y he comido en casa a las tres y media. He hablado con mis padres de algo intrascendente. Por la tarde he estudiado tres horas y he hablado con mis amigas por el móvil y he cacharreado con el ordenador. He cenado y me he ido a dormir.



Ha pasado un mes y medio del inicio del tratamiento.



Hoy me he levantado a las nueve. He ido a estudiar. He salido a las tres y he comido en casa a las tres y media. He hablado con mis padres de algo intrascendente. Por la tarde he estudiado tres horas y he hablado con mis amigas por el móvil y he cacharreado con el ordenador. He cenado y me he ido a dormir.



Hoy me he levantado a las nueve. He ido a estudiar. He salido a las tres y he comido en casa a las tres…



54 comentarios:

  1. Hola es el primer relato que leo tuyo. Y como yo ando bastante tras la búsqueda de esa felicidad o quizás esté mejor dicho del fin de esa infelicidad, el resumen que yo saco es el siguiente.
    Tosos sabemos cuando alguien cae en las garras de la infelicidad, lo difícil que es escapar de ella. Los medicamentos, en mi opinión es la panacea de los laboratorios, ya que no dejan de sacar más y más medicamentos, cuando sólo cambian el nombre, pero no la fórmulaa. Y apoyados por los psiquiatras que cada consulta que viene a ser cada cinco meses aproximadamente, pues siempre tiene uno nuevo preparado para mí.
    Así que resumiendo lo que también veo en tu relato es que no hay medicamentos para dar felicidad, pero sí para quitarla, aunque el precio que hay que pagar es vivir sin vivir, pero el agente del laboratorio seguro que diría, que por lo menos viviría.
    O quizás lanzas una pregunta a los lectores que es; Qué esperamos de la vida? Qué entendemos por una vida grata y feliz?

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    1. Hola Richynet, muchas gracias por tu comentario. Quizás el relato de para muchas cosas, una de ellas, es el abuso masivo de psicotrópicos a la hora de hacer frente a un trastorno como puede ser una depresión. No digo que en un momento dado puedan ayudar, pero no son la panacea. En este relato se quiere "eliminar" la tristeza a toda costa, un sentimiento totalmente necesario, y en lugar de ir a las causas del porqué una persona puede estar pasándolo mal, le dan pastillas para anular sentimientos. Al final no sabemos que queda de ella...
      Las últimas preguntas que planteas dan para un debate muy largo. Sería muy interesante.
      Muchas gracias por tus palabras, de nuevo, Richynet. Un fuerte abrazo.

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  2. Bueno, desde mi punto de vista, los médicos y sobretodo psiquiatras, solo les interesa inflarte a pastillas. Durante muchos años no se pensaba en la calidad de vida, lo más importante era erradicar la enfermedad y paliarla emitiendo otros sentires para encontrarse más "animado". El relato muestra la otra cara de la realidad, mientras que antes con cualquier banalidad, se demosronaba la chica, ahora es casi incapaz de sentir el sentimiento de la tristeza. Me gusta decir que todos estamos hechos de alegría y de tristezas porque sin uno no podemos tener lo otro, además no valorariamos lo que nos hace felices, sin tener las tan temidas infelicidades de las que se hablan. Por lo tanto, yo saco que hay que dejar espacio para ambas cosas y estar triste, también sería normal, si el doctor se hubiera parado a identificar el porque del estar decaida. Por poner un ejemplo, un enfado no viene solo , viene seguido de algo que lo desencadena, así por lo tanto , también el llorar , el reír e incluso el estar depresivo.

    Un relato muy reflexivo del que saco que hay que tener tanto uno como otros sentimientos.

    Un saludo!!

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    1. Gracias "Keren" por contestar y dejarnme más claro el significado de tus palabras y eso que siempre queda entrelineas a gusto del lector, pero que tanto gusta saber cual fue el del escritor/a como si fuera un juego de adivinanzas nada sencillo.

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    2. Estoy contigo Keren. La situación que se plantea en el relato es un poco surrealista, pero nunca se sabe..., querer eliminar la tristeza es un error, ya que como comentas, los seres humanos somos un cúmulo de sensaciones que nos hace ser personas. Y totalmente de acuerdo, a veces hay que pararse y decir ¿dónde está el problema? ¿Acaso no estamos siendo responsables en parte (junto con otros factores) del entorno en el que se están desarrollando los chicos y chicas?
      Muchas gracias por tu amable y reflexivo comentario.
      Un abrazo y que tengas feliz semana.

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    3. Perdón, sólo quería pedir perdón por el craso error que cometí haciéndome un lío con la autora del relato.
      Las prisas juegan malas pasadas, pero ésto es imperdonable.
      Sólo puedo pedir perdón, pero no puedo hacer más por reparar el error.
      Lo siento mucho.

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    4. No te preocupes Richynet que estas cosas pasan, no tienes que pedir disculpas. Por favor, no te sientas mal por esto.

      Te mando un fuerte abrazo.

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    5. Oh, gracias por tonarlo así. Eso dice mucho de ti. Y en ocasiones se encuentra uno con algunos carácteres. Muchas gracias y otro gran abrazo para ti.

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  3. Un excelente relato para reflexionar y analizar , porqué lo que le pasó a Elena , creo que las mayorías de los jóvenes lo pasan y hay padres que lo notan , otros no; las redes sociales influyen mucho en este comportamiento , pues a veces se usa demasiado y se no olvida qué hay que vivir la realidad. Lo leeré de nuevo. Gracias por compartir y feliz día.

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    1. También tengo que estar de acuerdo contigo Sandra. El tipo de vida que llevamos todos (jóvenes incluidos) tan despersonalizada está en la raíz de muchos trastornos psicológicos. Me alegra que te haya gustado el relato.
      Un abrazo Sandra, y feliz semana.

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  4. Un relato que da que pensar. Tiene su parte terrorífica que me encanta!!! Felicidades

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    1. Desde luego tiene una parte terriblemente terrorífica, que es ¿hasta dónde podemos llegar?
      Muchas gracias por tus palabras Ángel.
      Un abrazo y feliz semana.

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  5. Planteas una posibilidad que podría no estar tan lejos de convertirse en realidad, en especial en esta época, en la que parece que existe un cierto terror a que los niños y jóvenes experimenten emociones negativas como la tristeza o la frustración.
    Una vez escribí un relato con una temática relacionada, y el tuyo me ha recordado y me ha gustado mucho por la tesitura que has puesto sobre la mesa. ¿Cuál es el precio de ser feliz a como dé lugar? ¿A dónde nos puede llevar nuestra obsesión por controlar nuestras emociones negativas?
    Muy interesante.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Sofía, eso es lo que precisamente da un poco de miedo. El hecho de que sea una realidad en poco tiempo. Es cierto que en ciertos casos hay una sobreprotección de los niños y jóvenes que les pueden hacer muy vulnerables en el futuro (aunque es curioso dónde habría que protegerles más hay un poco de manga ancha)Aunque hay casos para todo, por supuesto. Creo que tus últimas preguntas son difíciles de contestar, solo creo que a veces si todo fuera más sencillo, más honesto, menos competitivo, más solidario.. en fin muchas cosas, seguramente todo sería más fácil.
      Muchas gracias por tus palabras Sofía.
      Un besazo y feliz semana.

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  6. Creo que lo que más me preocupa es que los pases y el médico decidan por ella sin más, como si estuviesen deliberando sobre algo tan trivial como qué vestido se pondrá o algo así. Recuerdo una película antigua sobre una joven que sufría trastornos mentales, no era una adolescente, pero los demás acababan por decidir por ella igual que en este caso, se le practicaba una lobotomía y santas pascuas, ya no sufriría en absoluto, sería un robot sin sentimientos de por vida... Si la felicidad consiste en eso en el fondo es un sin vivir, nunca mejor dicho, así que prefiero ser feliz a ratos como hasta ahora, creo que nos iría mejor si entendiésemos de una vez que el sufrimiento es inherente a la vida y que es preferible sentirse vivo que muerto en vida. Bueno, que me he liado demasiado en este comentario, perdona la efusividad, Ziortza, muy bien tratado el tema, por supuesto, un abrazo y feliz semana, guapa;)

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    1. Hola Eva. Totalmente de acuerdo contigo. Vivimos una realidad en que queremos ser felices a toda costa y queremos lo mejor para nuestros hijos y lo queremos ya, sin pensar las consecuencias. Aunque también entiendo la impotencia de unos padres que no saben cómo actuar. Creo que la forma de vida un poco impersonal actual no ayuda mucho a nadie, tampoco a los jóvenes que empiezan a vivir. La raíz del problema es larga y gruesa y quiero pensar que hay otras alternativas. Y por supuesto la infelicidad forma parte de la vida, nos hace personas, y no se puede atajar así por así.
      Muchas gracias por tus palabras y tu reflexión, Eva.. Un fuerte abrazo y feliz semana.

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  7. Hola Ziortza, en primer lugar felicidades por la inclusión de los diálogos con tanta naturalidad y por hacer fácil lo difícil. Me gusta mucho el debate que se ha establecido entre tus lectores y tu misma, sobre la felicidad/infelicidad/insensibilidad que pueden provocar los fármacos antidepresivos o los relacionados con la psiquiatra. Es un tema muy complejo para dar una opinión categórica sobre donde está el punto exacto. Y aunque es evidente que el sufrimiento moderado es inherente al ser humano, llega un punto en que la medicina, su desarrollo e investigación salva vidas y normaliza el estado anímico a través de los medicamentos adecuados y los profesionales de la salud mental. Pienso que todos en general tenemos la tendencia a demonizar la medicación -no tomes pastillas y vete a tomar el fresco, tienes que salir más- y evidentemente no se debe abusar en casos normales de nostalgias o momentos malos. Pero hay otras veces, que esos compuestos químicos son la vuelta a la vida de muchas personas. Como todo en la vida, el equilibrio, el tener la mente abierta y algo tan importante como el amor y cariño hacía las personas con problemas, hacen un conjunto de propuestas que han de ser valoradas al enfrentarse a un caso como el de Elena que puede ser menor o por el contrario enfrentarse a casos muchos más serios. Un gran abrazo.

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    1. Hola Miguel. Muchas gracias por tu interesante comentario. Realmente nunca pondría en duda la utilidad de los fármacos en muchas personas en ciertas épocas de la vida. Ni por asomo estoy a favor de la demonización de los medicamentos... Llega un momento en que ayudan, lo sé. Aunque entrando un poco en el tema, creo que a veces se expiden muy a la ligera, también me gustaría decir esto y, cómo dices, es un conjunto de acciones los que hay que llevar a cabo.
      Me gusta hacer relatos en los que la gente pueda sacar sus propias conclusiones a pesar de que una lo escriba pensando en su propia idea. Y me gusta el debate que ha surgido.
      En este caso, en principio vemos una joven que no se adapta a la vida que le ha tocado vivir y pasa por una época depresiva, estamos en un escenario irreal en el que se quiere erradicar la tristeza. Las consecuencias de todo lo que pasa es lo que vemos en el relato, una joven con una felicidad artificial y autómata. Pero ante todo es un relato ficticio un poco "distópico" que nos pone sobre la mesa situaciones que se dan en la actualidad.
      Te agradezco tu comentario tan enriquecedor Miguel.
      Un abrazo muy fuerte.

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  8. Guapa, qué historia más brillante nos has traído. Quizás el tema va más allá de los fármacos, quizás el estado en el que acaba esa chica es el que viven muchos adolescentes hoy en día. Viven la vida de una forma banal, cómo has explicado tan correctamente, rápido y como si fuera una rueda que gira sin detenerse demasiado a pensar en las cosas importantes. Todo es eso: aprobar (ya no digo aprender), whatssap, dormir, amigos, tele...y todo dosificado en intervalos de tiempo. Es muy triste. Lo que me ha gustado de tu texto es una realidad patente: los padres, en lugar de preocuparse de la raíz del problema, de dónde viene esa tristeza, prefieren inflar a su hija de fármacos porque es la manera fácil y rápida. En fin, la sociedad es eso últimamente, cuanto más banal todo, más feliz.
    Me ha encantado tu relato, es magistral! Besote!!!

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    1. Muchas gracias María. Me gusta mucho cómo has interpretado el relato que se acerca mucho a mi intención con él, que era mostrar una joven que no asume una vida que va muy rápida, sin pararse mucho en los sentimientos, todo muy robótico, cómo dices, en una noria que da vueltas sin parar. Y todo ello con una sonrisa en la boca, si puede ser. Me gustaría pensar que no todo es así, que todavía se puede echar el freno un poco.
      Te agradezco de nuevo María, tus amables palabras.
      Un besazo guapa.

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  9. Vaya tortazo, ahí para que reacciones ¿esto es felicidad? ¿es lo que queréis? ¿una más del montón? Hola Ziorza, es lo que se me ocurre cuando he leído el relato y además una vacuna para ser feliz...bueno, bueno. Cuando en la ola enorme de la inercia social alguien se escapa es porque está "enferma". La mente de esa persona no quiere entrar en ese bucle y se rebela, eso es lo que entiendo que la protagonista quiere trasmitir. La felicidad es una palabra bonita porque la hemos convertido en eso, podría haber sido galimatía, de hecho es así es un concepto que lleva a complicarnos la existencia, a veces con argumentos sin sentido ¿quién tiene la verdad absoluta de la felicidad? ¿copiar vidas? ¿seguir filosofías? la gente, nosotros nos confundimos mismamente cuando decimos "soy feliz" cuando es solo decir: sí, estoy bien, con lo que soy, con lo que siento, con lo que hago; y además creo, que con mi actitud hago bien a los demás, no hago sufrir a nadie, pero tampoco transijo en contra de mis convicciones. Esta es mi galimatía, mira se me ocurre que podría crear una palabra nueva "Maticidad" ¡¡¡¡me parece genial!!! me gusta como suena, aquí te la dejo anclada. Un beso

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    1. me comí tu "t" de nuevo es mi "maicidad" que me pierde, no tengo remedio ;)

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    2. ¡Hola Eme! La verdad es que el relato está dando para muchas reflexiones, no me lo esperaba. Pues que quieres que te diga, que estoy contigo, que yo creo que lo que vive la chica es una angustia social porque está viviendo en un mundo que no le gusta, y su mente y su cuerpo reacciona. Tu comentario es muy acertado y da para mucho, ¿si no nos gusta lo que vivimos y nos rebelamos, no podemos ser felices? ¿Tenemos que hacer lo que hace el resto para que no nos aíslen, para ser parte del ganado y no salirnos del redil y así vivir una vida relativamente tranquila? Bueno y la pregunta del millón: ¿Qué es la FELICIDAD? Cómo dices, simplemente con estar bien con nosotros y con los demás, no haciendo mal a nadie y siendo honestos tenemos ya mucho logrado. Por cierto ¡¡me encanta tu nueva palabra!! Me la apunto.
      Un besazo Eme y gracias por tu maravilloso comentario.

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    3. No te preocupes por la "t", cosas peores me han llamado, jeje...

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  10. Genial relato que espero nunca llegue a convertirse en algo real, cotidiano. Autómatas ya lo somos hasta cierto punto. Nos creemos todo lo que nos dicen y acatamos dócilmente todas las normas por injustas que sean sin rechistar.
    La felicidad y el amor, hoy por hoy, no son programables, Todos deseamos la ausencia del dolor pero si ello va ligado a la ausencia de sentimientos, apaga y vámonos.
    ¿Un mundo feliz? La humanidad llegará a manipular genéticamente los embriones para seleccionar a los físicamente mejor dotados, pero cuando esa manipulación se extienda a la mente, estará acabada como seres humanos.
    Me ha encantado.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep, esperemos de verdad que no se convierta en realidad, ya que, cómo dices, no nos queda mucho. Somos libres o eso creemos, pero siempre y cuando no nos desviemos del camino que nos han prefijado. De momento es bueno saber que el cerebro es tan complejo que no lo podemos manipular tan fácilmente y los sentimientos aunque se pueden "tranquilizar" no se pueden domar del todo; menos mal.
      Mucha gracias por tu comentario Josep, me ha gustado mucho tu aporte que da para mucho, la verdad es un tema cuyo debate no se agota nunca.
      Te mando un abrazo muy fuerte.

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  11. Yo creo que las enfermedades mentales - depresión, ansiedad, etc - deben ser tratadas con fármacos como cualquier otra enfermedad. El problema es que en nuestra sociedad no se asume el dolor o la tristeza como algo natural y son cosas que no tienen por qué suponer una enfermedad. El dolor y la tristeza, en determinadas circunstancias y dentro de unos parámetros, son algo normal, son parte de la supervivencia y creo que deberíamos aprender a enfrentarnos con ellos con las armas que la propia naturaleza nos ha dado.
    Muy buen relato.
    Un beso.

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    1. Hola Rosa. Creo que tienes toda la razón. Los fármacos ahí están y pueden ser un arma eficaz para luchar contra trastornos que ya no podemos controlar. Lo que pasa es que a veces nos cuesta asumir que la tristeza (en grados normales) es algo normal y en este mundo en el que todo el mundo nos quiere mostrar su vida absolutamente "feliz" (no hay más que ver las redes sociales), para muchas personas el dolor es algo anómalo. Cómo dices hay mejores armas para enfrentarse a ello, en la educación (en el sentido amplio), por ejemplo.
      Muchas gracias por tu comentario y tus palabras que aportan otro punto de vista al debate.
      Un beso muy grande.

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    2. Perdón por las repeticiones absurdas: normal, mundo...

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  12. Hola Ziortza, desde mi punto de vista has utilizado el suministro masivo de fármacos psicotrópicos como hilo conductor de un problema mucho más profundo y grave. La búsqueda de la felicidad total se ha convertido, para esta sociedad que nos ha tocado vivir, en un objetivo absurdo y sin sentido, olvidándonos que la felicidad no deja de ser la percepción de un estado de bienestar totalmente subjetivo y no estándar para toda la sociedad. Estupendo relato, como siempre!

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    1. Muchas gracias Norte, es interesante el tema que apuntas, ya que la felicidad es algo totalmente abstracto y difícil de definir porque está en cómo nosotros vemos el mundo y cómo lo aceptamos. Y desde luego lo que a unos hace feliz a otros para nada, desde luego. Alguien dijo una frase que me gusta y es que "la felicidad es intermitente y se aprecia por contraste", nunca se me olvida, porque a veces también nuestra vida es mejor de lo que pensamos y no nos damos cuenta.
      Muchas gracias por tu visita. Un abrazo muy grande.

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  13. Genial Ziortza!! me ha parecido por momentos un relato de ciencia-ficción, cómo es posible que se planteen un mundo con ausencia de dolor y de sufrimiento? Cómo se idolatra un estado de felicidad permanente y se rechaza la fragilidad del ser humano??
    Madre mía!! Ziortza has puesto el dedo en la llaga con un relato que nos habla de una sociedad que quiere vivir al margen del desequilibrio y de las emociones, que cada vez se vacuna más contra todo.... bueno, magnífico relato que nos ha provocado la reflexión.
    Muchos besos y enhorabuena amiga.

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    1. Muchas gracias Xus, sí que tiene algo de ciencia-ficción porque es un planteamiento absurdo desde luego un mundo sin sufrimiento. Pero muchas personas ansían eso, un mundo feliz (como la estupenda novela). La vida es imperfecta, somos imperfectos, diferentes los unos de los otros y la diferencia y lo distinto es algo a la baja en esta sociedad, de ahí el malestar. Espero que todo se quede en la ficción y nadie se plantee nunca una posibilidad tan descabellada.
      Muchas gracias por tus palabras siempre tan amables, Xus, es un placer que te acerques por aquí.
      Un fuerte abrazo, amiga.

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  14. Interesante, muy interesante éste relato. La protagonista pasa por diferentes etapas. La desgana, el desarraigo, la infelicidad, la apatía, nada le alegra, nada le divierte. Vive en su mundo inventado, no participando de lo que sería la lúdica vida de una muchacha joven. Sus padres, preocupados conwsultan al especialista, el cual les premete el remedio de todos los males de la sociedad venidera. ¡Nada de angustia!¡Nada de tristeza! ni de melancolía, y la terrible depresión. Todo se soluciona con una medicina experimental, sin probar.

    He ahí el quiz de la cuestión, en el que se podría entrar en un debate ético, o de las multinacionales farmacéuticas, que experimentan con todo tipo de enfermedades, y los pobres pacientes son conejillos de indias.

    El final... muy bueno, de ciencia-ficción. Un abrazo literario.

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  15. Interesante, muy interesante éste relato. La protagonista pasa por diferentes etapas. La desgana, el desarraigo, la infelicidad, la apatía, nada le alegra, nada le divierte. Vive en su mundo inventado, no participando de lo que sería la lúdica vida de una muchacha joven. Sus padres, preocupados consultan al especialista, el cual les promete el remedio de todos los males de la sociedad venidera. ¡Nada de angustia!¡Nada de tristeza! ni de melancolía, y la terrible depresión. Todo se soluciona con una medicina experimental, sin probar.

    He ahí el quiz de la cuestión, en el que se podría entrar en un debate ético, o de las multinacionales farmacéuticas, que experimentan con todo tipo de enfermedades, y los pobres pacientes son conejillos de indias.

    El final... muy bueno, de ciencia-ficción. Un abrazo literario.

    (corregido)

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    1. Muchas gracias Lola, has hecho un estupendo análisis y resumen del relato. La posibilidad de que experimenten con personas con ciertos medicamentos es algo que provoca pavor, la verdad es que me entran sudores solo de pensarlo. El debate de las multinacionales farmacéuticas es otro tema que daría para mucho. Buff ni imaginarlo quiero.
      Muchas gracias por tu comentario Lola.
      Un beso muy grande.

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  16. Hola Ziortza, felicidades por tu relato. Al final, es triste pensar que lo que podrían preferir los padres en este texto, tener un ser humano rutinario y superficial a cambio de evitar el sufrimiento, no agrega valor a una vida. Saludos!!

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    1. Muchas gracias Graciela. Sí que es triste que las personas ansiemos tanto la felicidad hasta el punto de que podamos hacer locuras para evitar sufrimientos. La vida es compleja y así hay que aceptarla.
      Te mando un fuerte abrazo.

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  17. Brutal, Ziortza. Me has emocionado, te lo digo en serio. Cuando leo una historia tan rotunda, tan inteligente, puff. Relato perfecto de pies a cabeza. Sin entrar en el debate de la felicidad, algo en lo que yo no creo, a lo sumo en la satisfacción, consigues trasladar al lector la importancia de las emociones. Tanto las negativas como las positivas, el ser humano necesita la alegría tanto como la tristeza, el odio, tanto como la paz, la envidia, la cólera... todo ello nos permite relacionarnos con nuestro entorno y forjarnos una personalidad compleja. Tu lo plasmas magistralmente con ese final repetitivo, intrascendente que muestra el vacío personal en el que termina cayendo el personaje. Un relato muy en la línea de Un mundo feliz. Y es que pretender erradicar el dolor, es hacerlo también a la persona. Soberbio, Ziortza, no tienes límites! Un abrazo

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    1. Jo muchas gracias David. Me alegra que te haya llegado tanto el texto y te haya emocionado. No sé si el relato será perfecto pero me alegra que a la gente le haya provocado tantos sentimientos y reflexiones. Cómo dices el ansia por la felicidad hace que muchas veces estemos dispuestos a perder nuestra complejidad como seres humanos, por estar aparentemente "felices". Esa felicidad que también apuntas tan difícil de definir. Con el final repetitivo quería dar a entender en que se convierte la protagonista: una autómata con un vacío absoluto. La verdad es que mientras escribía el relato me venía a la cabeza esa magnífica novela distópica.
      Un abrazo muy fuerte David.

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  18. Muy buen relato. El hombre en busca de la felicidad plena, abusando de pastillas, de vacunas, o de lo que sea para conseguirlo.
    Es una buena reflexión porque la felicidad a veces la buscamos donde no está con ayudas externas que no sirven de nada. ¿Existe la felicidad plena? Creo que nos aburriríamos de ella como la niña. No todo puede ser perfecto.
    Un besillo.

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    1. Gracias María. La verdad es que yo tampoco sé lo que es la felicidad plena, pero es algo que el ser humano ansía desde siempre, sin saber muy bien qué es. La complejidad que nos caracteriza con todas sus emociones precisamente es lo que nos hace humanos, precisamente.
      Un besazo María.

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  19. Un relato genial, Ziortza, me ha encantado! Me hace pensar que planteas, de forma subliminal, el inicio de una era distópica controlada por las farmacéuticas –hum, aunque no sé si ya estamos en ella, jeje–. Un detalle que me ha parecido muy logrado son los diarios de Elena, como vas plasmando lo que le pasa. La intercalación de la entrevista de los padres con el doctor, también marca un mal moderno, uno que cometen muchos progenitores de nuestro tiempo, y es que han olvidado lo que se siente la juventud y esperan soluciones rápidas e instantáneas. En cuanto al final, simplemente genial, desde el punto del gato –y que sus padres ya ven algo raro– al final, en el que no solo indicas que la chica se ha vuelto una clase de autómata, sino que hasta sus parientes lo han aceptado con total normalidad, y eso si que da miedo. Vamos, un texto para reflexionar con unas cervecitas en una terraza, jeje. Un fuerte abrazo! ; )

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    1. Gracias Ramón. Es cierto que el tema de las farmacéuticas da para mucho y si te pones a pensarlo un poco da hasta bastante miedo. Quizás la estructura del relato la hice pensando un poco en que la gente sacara sus propias conclusiones porque hacer aseveraciones absolutas en temas así es imposible y a veces injusto. De ahí que me guste el debate y las reflexiones que se han planteado.
      Los padres en un intento por buscar el bienestar de sus hijos, hacen lo que sea, aunque a veces se equivoquen, ellos también son humanos.
      Me alegra que te haya gustado el relato, Ramón. Te agradezco de nuevo tus reflexivas palabras.
      Un abrazo muy fuerte.

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  20. Yo me he imaginado un medicamento para hacer la adolescencia más "llevadera", lo que no me hubiera venido mal, jaja, pero ya es demasiado tarde. Es en esa etapa cuando se produce la maduración emocional y dicen los neurólogos que la inestabilidad del adolescente es precisamente eso, un periodo de prácticas, un proceso de ensayo y error. ¿Te imaginas privar a los jóvenes de ese aprendizaje? El resultado serían adultos sin empatía, egoístas, solo preocupados por su propio placer...Ay! Creo que esto ya está en marcha.
    Me ha encantado el final de tu relato, le veo un aire a distopía que me gusta. No sé si has leído "Cuatro por cuatro" de Sara Mesa. Te lo recomiendo, hay también por ahí adolescentes un tanto "especiales".
    Un abrazo.

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    1. Hola Gerardo, sí, creo que a muchos nos hubiera gustado llevar una adolescencia más llevadera, a costa de lo que fuera. Son épocas en las que nos atrevemos con lo que sea si es que nos va a hacer sentir mejor. Precisamente por eso pensé en Elena como una adolescente, porque es el periodo de la vida más complicado (creo) en cuanto a aprendizaje, a maduración...
      No he leído el libro que me recomiendas, pero me lo apunto, claro que sí.
      Un fuerte abrazo, Gerardo.

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  21. Hola Ziortza,

    Es muy, muy, pero que muy bueno. Con este miedo general a sentir emociones, si que veo que seamos capaces de crear una vacuna para capar los sentimientos en un futuro. La visión que me deja el relato, es que ella en realidad era una superviviente en este mundo autoimpuesto. Esta frase (bueno, miento, sí en adultos, pero en adolescentes, casi niños…, es inhumano) ¡Vaya! Qué terrible, creer que ser adulto es sinónimo de pesar. Me encantó, mucho.

    Besos.

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    1. Hola Irene, muchísimas gracias por tus palabras. Yo también creo que la reacción de ella es algo natural en personas que no se adaptan a un mundo que no va con ellas. Es triste que eso se transforme en una especie de depresión y todo lo que sigue en el relato.
      Respecto a la frase que aludes, sí que creo que los adultos tenemos como asumido la tristeza y la angustia. Desde luego, para reflexionar.
      Te agradezco de nuevo tus palabras, Irene.
      Un beso muy grande, guapa.

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  22. Vaya que intenso, la agonía que se siente es trascendental, una realidad que muerde, que duele que envuelve que agota y que se pierde en un día a día donde todos los momentos parecen el mismo, el mismo día.
    Fantástico relato amiga Ziortza me ha gustado muchísimo, entiendo perfectamente el sentir de algunas cosas pues también las he experimentado.
    Siempre es grato para mi venir a tu espacio y leer las maravillas que tu ingenio y corazón saben crear, disfruto mucho, te mando un beso y un abrazo sincero amiga, se muy feliz.

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    1. hola Jorge, creo que cuando escribimos lo hacemos básicamente en base a dos cosas: la observación (ya sea de otras realidades, de otras ficciones, etc) o porque hemos vivido situaciones parecidas. En este caso a mí me ha "ayudado" escribir este relato el haber tenido sensaciones parecidas a las que se narran en él.
      Muchísimas gracias, amigo Jorge, por tus gratas y cariñosas palabras.
      Mil besos y abrazos.

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  23. Me comentaba un médico amigo mío que le había aparecido una adolescente pidiéndole pastillas porque le había dejado el novio. Ahora toca el que todo el mundo tiene derecho a la felicidad y venimos del extremo opuesto en el que no teníamos derecho a nada. El paso del péndulo por el punto de equilibrio es muy rápido y breve.
    Las personas y la sociedad necesita un tiempo para madurar, entre tanto esto parece un "tio vivo" y nos perdemos como en tu relato.
    Me gusto.
    Un abrazo.

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    1. Hola literatonovato, es muy triste lo que cuentas que una chica no pueda soportar el dolor de una separación y acuda a los medicamentos. Tienes razón de que hemos pasado de un extremo a otro y quizás necesitemos un tiempo para procesar tanto cambio.
      Gracias por tu comentario y por tu visita.
      Un fuerte abrazo.

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