Este es uno de los relatos que me seleccionaron en el concurso de microrrelatos organizado por Maricastaña en Burgos. Con los mejores relatos se hizo una antología:
LA TRAMPA DE LAS
ÁNIMAS
En la ciénaga de los Atormentados es difícil encontrar a alguien. El
nombre viene de antaño, y es el resultado del rito macabro de los hombres que
se batían allí a garrotazos. Después sirvió para acoger las almas de los
desesperados, que cansados de la vida, se tiraban del puente que cruzaba el
lodazal.
Es un lugar lúgubre e hipnótico, una imagen de cuento de terror gótico.
El señor al pasar por allí, silba ahuyentando los malos espíritus, con su
atillo y su botella de vino.
Entonces observa en el barro lo que parece un bebé desnudo semihundido.
Sin embargo al acercarse resulta ser un
maldito muñeco. Es imposible que la niña haya podido acercarse hasta allí...
El hedor del lodo es consecuencia
de siglos de muertes violentas o buscadas, sabidas o inexplicables. Aquel lago,
acostumbrado a engullir vidas, respira juntando las almas de todos los
mortificados. Y una vez que empieza su devenir, necesitará alimento regularmente.
Hace tiempo que se busca a una niña risueña y curiosa como pocas.
Tampoco se sabe nada de Antonio, aquel caminante sin miedo que surcó el barro
en busca de una pequeña. La espesa niebla impide ver a los buitres carroñeros.
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