Bueno, este año cierro el chiringo un poco antes de lo que había pensado,
pero ciertas circunstancias como unas fastidiosas y eternas obras en la fachada
que favorecen la aparición de esa compañera insoportable que es la migraña (soy
un poco pesada con esto, lo sé), me obligan a hacerlo.
El ruido y el calor (ese calor que tanto esperaba y que ya deseo que se
vaya. Ay…, la vida está llena de incoherencias continuas, al menos la mía), son
enemigos de la concentración y esto es demoledor ya que las ideas no suelen
surgir por ciencia infusa.
Espero, aún así, que todo esto me deje leer y ver películas y series en
mi tiempo libre. Y, como se suele decir, cargar la batería para el próximo curso.
Un beso muy grande a todos, amigos, y ¡nos vemos a la vuelta!